Nuestro perro, miembro de la familia, no solo necesita comida, agua fresca, abrigo, cariño y dedicación para sacarlo a pasear y jugar: las vacunas también son necesarias para que no enferme y tenga una vida sana y prolongada.
Las vacunas más importantes que nuestro can debe recibir son contra distemper, parvovirosis, hepatitis, leptospirosis y rabia, enfermedades mortales y presentes en nuestro país.
Las vacunas buscan inmunizar a nuestras mascotas contra enfermedades que acechan y están presentes en las calles, parques y otros perros con que puedan olfatearse cuando los sacamos a caminar y correr.
El veterinario también puede recomendarnos aplicarle a nuestro engreído vacunas contra traqueobronquitis (tos de las perreras), piroplasmosis y coronavirus, y es una buena idea si el profesional lo considera según la edad y la salud del can. El especialista será quien nos indique cuál es el calendario de vacunas a aplicar.
No olvidemos que al vacunar se inocula una enfermedad atenuada en el cuerpo del animal para que el organismo y el sistema inmune la detecten y fabriquen defensas. Como con el tiempo las defensas disminuyen, la vacunación debe realizarse periódicamente (generalmente cada año, como con la rabia) para que el animalito fabrique de nuevo defensas.
Tras la vacunación, el perro no debe ser bañado en al menos dos semanas, a fin de evitarle estrés que afecte la inmunización.