Palabras como “cariñito”, “osito” o “cielito” expresan ternura y a la vez contribuyen a dominar una relación.
Por: Mariela Celis
“Osito”, “bebito”, “cielito”, “cosito” y todas las palabras en diminutivo son usadas por algunas mujeres para referirse a sus parejas de manera cariñosa. Sin embargo, también pueden convertirse en armas poderosas de manipulación.
Si bien el objetivo es expresar ternura, investigadores estadounidenses descubrieron que una dama, al pronunciar frases melosas, busca de su pareja consentimiento y sobreprotección, pero también (aunque inconscientemente), explora manejar una situación.
Al igual que todo adulto escuchó tonos suaves, desde que estaba en el vientre de su madre o porque la maestra del colegio se esmeraba en hablarle con ternura, las mujeres también apelan a dominar la dinámica de una relación empleando un lenguaje aniñado.
En tanto, los hombres cuando tratan a su pareja como una niña, también intentan algo de dominación.
Ahora, la idea tampoco es desechar los códigos establecidos o diminutivos excesivos en su relación, solo percatarse la intención con las que son pronunciadas (para querer transmitir afecto o buscar controlar una situación).
Asimismo, es preferible no usarlos fuera de la intimidad de pareja, es decir, en el trabajo y eventos sociales.