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Martes 14 de agosto del 2007 | 09:00

'Esposa y empresarios daban droga a Lavoe'

ía no ha visto la película 'El Cantante', Luis Delgado Aparicio Porta, el popular 'Saravá', dijo estar indignado, pues según las críticas, lo que han hecho con la historia de Héctor Lavoe 'es infame, denigrante, asqueroso y repulsivo'.


"Nadie hace una película de un borracho, sino de un genio. Lamentablemente sólo dan cuenta que es un drogadicto, pero no resaltaron su calidad humana y la dignidad del ser humano que nos dejó tantas canciones. En el Perú, Héctor Lavoe es cómo Sarita Colonia y soy testigo como la gente le reza al monumento que hay de él en el Callao", dijo. 


Agregó que la última noche que el 'rey de la puntualidad' pasó en la capital en 1986, "desde las 9 de la noche se fue al Callao y estuvo conociendo Corongo, Santa Marina, Puerto Nuevo y Los Barracones. En el aeropuerto le dijo a un oficial de Aduana, llamado Walter Rentería, 'he estado en el barrio pobre del Callao, igual a La Perla en Puerto Rico, me voy contento y espero volver el año que viene. Pero, si me muero antes, moriré como los grandes'. Al año siguiente, intentó suicidarse en Puerto Rico".


¿Es cierto lo que ha confesado Hugo Abele, que lo vio tirado en un colchón sobre el suelo antes de morir?
Es cierto.  Desde el año 89, Héctor vivía en un edificio y habían ratas, pericotes y gusanos; la mujer Nilda Román, 'Puchi', lo abandonó. A
fines del 92, se moría de hambre. Cuando sus amigos iban a verlo, le pedían que cante y le invitaban cocaína o lo inyectaban con heroína.


Pero lo peor, agrega, es que cuando ya le habían puesto clavos en las piernas, los muslos, las costillas y clavícula, empresarios  de Nueva York lo lucieron en un concierto, pero como no podía hablar, lo inyectaron.


"Esa noche sólo dijo: Mi gente... Y no pudo más.. Los empresarios ganaban mucha plata y el último año lo lucieron enfermo, en silla de ruedas y con síntomas de la última fase del Sida", agregó.


Señaló que 'Puchi', quien también era una adicta, le escondía la droga para utilizarla o vendérsela. "En una oportunidad lo rehabilitaron en España y, tras regresar sano y bueno, el primer 'tiro' de cocaína y heroína se lo dio su mujer. Ella fue la culpable de su desgracia por no ayudarlo", detalló Delgado.

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