Fuga en 'Luri'

El Búho no podía creer que cinco peligrosos delincuentes se fugaron en las narices de la policía e INPE del penal de Lurigancho.

Redaccion Trome

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El Búho no podía creerlo: cinco peligrosos delincuentes se fugaron, en las narices de la policía y los empleados de INPE, de la carceleta policial, después que la jueza del 34 Juzgado Penal de Lima interrogó a dos implicados por el asesinato del periodista Luis Choy. Este columnista no cree en casualidades.

¿Por qué justamente se han evadido el sicario que acribilló a Choy, Lindomar Hernández Jiménez, ‘Puerto Rico’, y Edgar Lucano Rozas, ‘Lucano’, el sujeto que lo contactó? Desaparecieron sin disparar un solo tiro. ¿Quién financió esta fuga? ¿Tanto poder tiene el misterioso autor intelectual del crimen que logró ‘sacar’ a sus dos cómplices que podían ‘abrir la boca’?

Esto no fue casual, deben caer los culpables y las cabezas asumir la responsabilidad política. Esta situación me recuerda otra fuga en Lurigancho.

Ingreso al túnel del tiempo: 14 de diciembre de 1983. Doce de los más feroces criminales del Pabellón 11, ‘de los malditos’, protagonizaron una alucinante y dramática toma de rehenes, y la fuga dejó a una monjita extranjera muerta. Fue un escape milimétricamente planificado: Los cabecillas eran los que, en el argot carcelario, se denominan ‘taitas’ o ‘carne de presidio’. Psicópatas, asesinos y calculadores que estaban dispuestos a todo: Manuel Zavaleta (‘Cisco’), Juan Vicharra (‘Loco Vicharra’), Rubén Caballero (‘Perro rabioso’), Aldo Villanueva (‘Loco Aldo’), Segundo Morales (‘Django’) y Alejandro Taype (‘Oso Taype’), junto a otros internos conformaron lo que se llamó ‘Los 12 del patíbulo’, en alusión a la célebre película protagonizada por Lee Marvin, Charles Bronson y Steve McQueen.

En ese tiempo, el penal estaba dirigido por un teniente coronel de la desaparecida Guardia Republicana (GR). También cumplían labor de asistencia espiritual y social monjitas extranjeras, y como voluntaria la conocida animadora en el programa ‘Trampolín a la fama’, la Gringa Inga.

Los delincuentes sorprendieron al director del penal y a siete efectivos de la GR, tomándolos como rehenes. Los reos contaban con dos metralletas, cuatro pistolas y muchos cartuchos de dinamita. Tomaron también en rehenes a las monjitas y a la Gringa Inga. ‘Cisco’, el líder y el más sanguinario, le dijo por teléfono al ministro: “Queremos un vehículo de los bomberos para salir con los rehenes. Vamos a soltar, uno por uno, cada 15 cuadras. Si nos engañan, los matamos a todos. Me quedan 25 años en cana. No tengo nada que perder. Primero disparamos, después preguntamos”.

Los policías estaban frenéticos. En las afueras del penal, los familiares de los reos causaban alboroto. Adentro, los internos se amotinaron y un recluso murió por disparos de los policías. Esto contribuyó a generar más violencia. El director de penales, Armando Castrillón, no tenía autorización para disparar, pero inició una infernal balacera cuando el vehículo salió del penal. En el fuego cruzado falleció la monjita irlandesa Juana Sawyer y quedaron heridos el director del penal y la Gringa Inga.

Los reclusos lograron evadir la persecución policial, con astucia se dividieron en dos grupos. Y asaltaron una agencia del Jockey Club, dos grifos, un minimercado y robaron ocho autos. Se hicieron humo. Se ofrecieron recompensas, se colocaron sus fotos en las portadas de los diarios y en la televisión. Pero solo después de un mes, uno a uno fueron cayendo: el ‘Oso’ Taype sin disparar un solo tiro en Surquillo. Los temibles ‘Cisco’, ‘Perro rabioso’, ‘Loco’ Vicharra, el ‘Flaco’ Larry y ‘Chancho’, murieron en su ley. El ‘Loco Aldo’ y ‘Django’ se salvaron y fueron recapturados con vida. Apago el televisor.