Genaro Delgado Parker: "Nunca estuve con Gisela Valcárcel"

A sus 83 años, el pionero de la televisión en el Perú contó cómo descubrió a la popular ‘Señito’ y respondió duramente a Jaime Bayly.

Redaccion Trome

Por: O. Torres

El próximo 9 de noviembre, Genaro Delgado Parker cumplirá 84 años. Fue el pionero de la televisión en el Perú. Una leyenda en el mundo de las comunicaciones.Y tiene muchas cosas que decir.

Señor Delgado Parker, ¿le gusta nuestra actual televisión?

La veo. Veo 24 Horas y Panorama, dos creaciones mías. A veces el show de Gisela, pero, en general, la televisión ha perdido un poco. Lo que faltan son libretistas, en los programas de humor se deja a los cómicos que hagan lo que quieran y los cómicos no son los que hacen los chistes, sino los libretistas.

En los años 80, Panamericana era criticada por los contenidos de ‘Risas y salsa’, ahora ¿se sorprende con las cosas salen ahora?

No. La verdad que el mundo cambia todos los días y la televisión tiene que cambiar, pero hay una falta de buenos contenidos, son flojos, light, y muy mal hechos todavía.

¿Sueña con volver a ser el amo y señor de Panamericana?

No, ya no. Yo ya pasé esa etapa.

¿De qué se arrepiente?

No me arrepiento, sino me duele que Panamericana haya caído en una actitud vergonzosa, cuando pactó con el régimen de Fujimori la línea editorial.

A usted lo acusaban de no pagarle a los trabajadores, ¿qué tiene que decir?

He tenido dos sindicatos en la época que trabajé en Panamericana. Me acusaron de eso cuando estaba en líos con Schütz y él, estando fuera del canal, pagaba a los periodistas para que me acusen de ese tipo de cosas y, a veces, salía alguno diciendo ‘no me han pagado’.

¿Usted fundó Radioprogramas del Perú (RPP)?

Sí, fue en el año 63. Junto con mi hermano Héctor y Johnny Lindley acordamos instalar la primera cadena nacional de radio, cuando no había en el Perú conexiones de microondas ni satelitales.

Descubrió a muchos talentos del periodismo, ¿quién considera que fue el más brillante?

Alfonso Tealdo, sin ninguna duda. Fue el maestro todavía inigualado. La escuela de él nutrió a Hildebrandt y a los últimos periodistas más brillantes de la televisión. Todos siguen ese estilo, pero ninguno lo ha superado en inteligencia, capacidad y conocimiento.

Vargas Llosa lo describe como el empresario progresista de los años 50, en ‘La Tía Julia y el escribidor’. ¿Qué recuerdos de esa Lima que ya no existe?

Podría describir la hermosa Plaza San Martín. Yo empecé a los 18 años fracasando al no ingresar a San Marcos, donde se presentaban 11 mil y entraban mil. Iba a intentar por segunda vez, pero antes fui a la radio de mi padre, Radio Central, y vi a un señor hablando de que le apasionaba el cine, pero había cosas que le quitaban tiempo, entre ellas, una radio que quedaba en el Callao y le pregunté: ‘¿Usted sería capaz de alquilar su radio?’ Alquilé Radio Callao, y la trabajamos con mi hermano Héctor.

¿Su papá sabía de esa decisión?

No, mi padre creía que yo estaba estudiando. Todas esas vacaciones trabajé con Héctor, que había salido del colegio, hasta que llegó abril y tuve que confesarle. Ahí fue cuando me dijo: ‘Yo estaba dispuesto a pagarte los estudios, pero si has decidido meterte a la radio, voy a hacer un cambio. Desde hoy te llamarás Genaro Delgado Parker, porque yo me llamo Genaro Delgado Brandt y no quiero que haya dos Genaro Delgado en el negocio”. Él me volvió a bautizar.

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¿Cómo se dio cuenta que Gisela Valcárcel iba a ser la gran estrella que hoy es?

La verdad, no era como ahora que comprabas el formato. Los formatos se miraban de otros lados y se copiaban, entonces había un gran programa que lo había hecho Raffaella Carrá (‘Pronto Raffaella’) y después Susana Giménez (‘Hola, Susana’). Dije, esto hay que hacerlo. Me trajeron a tres chicas, una de ellas era Cecilia Bracamonte, Gisela, quien era una chiquita nueva, y otra que era una actriz con prestigio, que ya no me acuerdo quién era

¿En qué consistió el casting?

Bueno, entonces, dije: ‘Quiero verlas hablar’. Hablaron todas. Cuando vi y escuché hablar a Gisela, comenté: ‘Esta es’. ‘Pero, si es nueva’, me dijeron. ‘No importa’, respondí. Gisela hablaba muy bien. Tenía mucha labia. Una chica de 18 años que hable bien es mucho pedir, ya que generalmente una muchacha de esa edad no tiene letra y ella la tenía.

¿Tuvo un romance rápido o ‘affaire’ con Gisela?

No, nunca. Hubo un pasquín que me acusaba de eso. Yo tuve una magnífica relación amistosa con Gisela, pero no cercana. Te voy a contar una anécdota: ‘Un día ella llegó a pedirme un aumento y yo estaba entusiasmado con otras cosas. Había comprado un proyector y podía ver la televisión en una pantalla. Era algo nuevo en ese momento. Fíjate en esto, le digo a Gisela, porque tenía otras citas en ese momento, y la siento ahí para que se entretenga. Había puesto una cinta de Pavarotti que cantaba: ‘Celeste, Aida’ y ahí decía ‘del mio pensiero tu sei regina’ (tú eres la reina de mi pensamiento) y, entonces, ella dijo ‘esta es una cosa que Genaro me la está dedicando a mí’ (risas).

¿Y qué pasó después?

Cuando Gisela fue a buscarme, yo ya no estaba. Me había ido. Se quedó desconcertada. Al día siguiente nos vimos y, entonces, tuve que arreglarle el aumento que pedía (sonríe).

¿Ha leído el último libro de Bayly ‘La lluvia del tiempo’?

Traté de leerlo, pero me parece un libro no recomendable para leerlo en general. No dice nada, no cuenta nada. Lo que cuenta es una cosa tan conocida. Todo ese asunto de Zaraí lo hizo en Canal 2 y lo narra como si lo hubiera hecho en Panamericana. Todos esos líos los discutió con Schütz y con Baruch, y los cuenta que los discutió con un tal señor Gustavo Parker, que no me representa para nada.

La novela de Jaime relata la historia de la televisión, ¿fue tan así?

El lenguaje que usa en el libro es procaz, palabras gruesas, fuertes. Y, después, recuerda con detalles su mariconería y sus cosas que le gusta escribir. El libro es vergonzoso. A mí me pareció una caricatura mal hecha de la televisión, que lo único que dice es la frustración que él tuvo de tumbarse a Toledo y no lo pudo hacer. Toledo fue elegido y reconoció a la chica. Él no fue más que un seguidor de Laura Bozzo, quien inducida por Montesinos salió con el problema de Zaraí, él tomó eso y lo siguió.

¿Cómo así le dio la gran oportunidad al ex ‘Niño terrible’?

No, es que Bayly era otra persona. Yo tuve una magnífica relación con él porque lo conozco de su primera etapa, ahí fue una persona sumamente capaz y correcta. Hay un momento que Bayly se despeina, que es cuando sale en ‘La noche es virgen’. Yo ya no estaba en la televisión. A partir de ahí comienza a besar a todo el mundo, a darle besitos a hombres y mujeres, ya es otra persona. De ahí para adelante ha seguido con sus libros, sobre sus historias de cómo se hizo marica, que lo ha hecho varias veces, en distintas formas y ahora vuelve a hacerlo. Hay una obsesión sobre el tema.

¿Augusto Ferrando fue el gran fenómeno de la televisión?

Sí, Augusto Ferrando tenía la capacidad de emocionar. Hay un gran partido de fútbol que tiene una importancia enorme en el recuerdo del pueblo, en ‘La Bombonera’. Ese encuentro tuvo tres particularidades: por primera vez veíamos un partido por satélite, segundo que Perú tenía una gran chance de clasificar al Mundial y la tercera fue que Martínez Morosini, que narraba, lo hizo muy resfriado y se quedó sin voz. Y, en los últimos minutos, Ferrando tuvo que quitarle el micrófono y comenzó a hablar y lo que dijo ‘El negro’ emocionó al país: ‘No nos ganan, se los juro por la madre de mis hijos’. Y los argentinos atacaban y atacaban. Y seguía gritando ‘No nos ganan’ e hizo que la gente vibrara.

¿Es cierto, como contó Mónica Delta, que usted le mandó a pegar al periodista Alejandro Guerrero?

¿A Alejandro? ¿Mandarle a pegar? Pero por qué, si yo podía pegarle directamente (risas). No, no, de ninguna manera.

NO SE NECESITA DINERO PARA HACER NEGOCIOS

En serio, ¿cree que ‘no se necesita dinero para hacer negocios’?

Bueno, lo he demostrado dos veces. Uno, en Panamericana Televisión y dos, en la telefonía celular. Es, absolutamente, cierto. El dinero es una cuestión mental. No se necesita dinero. Para hacer un negocio, se necesita una buena idea. Tener una buena oportunidad. Tener la manera de llevarla adelante y una vez que juntas todo eso, el dinero viene solo.

No sé por qué esa frase me ha hecho acordar a un expresidente, ¿de verdad lo cree?

(sonríe) ¿Sabes por qué? Porque el dinero siempre está buscando eso. El dinero está buscando dónde me meto, dónde hay una oportunidad buena para salir. El dinero se consigue fácilmente, pero tú tienes que tener eso en la mano.

A su criterio y con todo lo que ha vivido, ¿cuál ha sido el mejor gobierno del Perú?

¿Que yo he vivido? Uno de los mejores gobiernos ha sido el de Prado, que llamó a Beltrán a manejar el país, y él produjo cuatro años de estabilidad siguiendo una receta que hoy día se cumple, que no haya déficit, que no haya inflación. Otro fue Fernando Belaunde, quien fue un gran presidente.

En ‘El pez en el agua’, Mario Vargas Llosa reveló que usted regaló 1 millón de dólares en espacio publicitarios en PANTEL para la campaña de 1989, ¿es verdad?

Sí es verdad. Yo le regalé a él, pero también a los demás algo. Siempre Panamericana daba donaciones a los principales candidatos. Quizá a él le dimos más que a ninguno, porque era el que más se acercaba a lo que estaba queriendo Panamericana.

Vuelve con fuerza el ping pong TROME, defina a los líderes políticos que le nombro:

Ollanta Humala…

Me parece que está haciendo un magnífico gobierno.

Alan García…

Hizo un muy mal primer gobierno, el segundo ha sido un buen gobierno.

Alberto Fujimori…

También tuvo una primera etapa cuya virtud más importante fue la paz con el Ecuador, después de 50 años, y eso justamente es la base para que el Perú tenga crédito a nivel internacional, ya que un país con guerra no puede tener crédito.

Vladimiro Montesinos…

Es como mencionar al diablo en la casa de gobierno. Un hombre muy inteligente, muy capaz, pero con un espíritu malévolo.

Alejandro Toledo…

Fue un buen presidente. No creo que tenga chance en este momento, pero hizo tres cosas importantes: los Tratados de Libre Comercio (TLC), que fueron ideas de él; la Carretera Interoceánica y la Regionalización, que la volvió a poner en práctica.

Nadine Heredia…

Es una mujer muy carismática. Yo tengo admiración por ella. Es una buena esposa. No creo que se deba criticar que una esposa trabaje con su marido, me parece al contrario algo elogiable.

En el 2016, ¿por quién apostaría sus fichas?

Ahora no tengo fichas. Si yo tuviera fichas (risas)… Nunca he creído que los medios de difusión son los que eligen, sin embargo, los candidatos creen que los medios eligen. Hoy no veo candidatos, aún no se han presentado, así que no se puede hablar de eso. Pero siempre en el Perú, hasta ahora, aparecen los independientes.

Hay una leyenda que decía que Genaro ‘arrasaba con todo lo que tenía falda’, ¿fue verdad?

Es una leyenda que a mí me encanta, me da mucho prestigio, pero no es cierta. Lo que pasa es que una casa televisora está rodeada de mujeres bonitas y eso trae siempre un rumor: ¿Quién es el jefe? Si este es el jefe, tiene que estar acostándose con todas, lo cual es falso. Es al revés, yo siempre me cuidé de no meterme con la gente.

¿Qué hizo para que su actual mujer, menor que usted, Marcela Vanini, le haga caso?

Eso fue una hazaña. Yo me enamoré de ella en un avión. Era una mujer casada y yo también, y fue un flechazo para mí. Entonces, la seguí y la estuve enamorando varios meses hasta que por fin. Ella parece que también tenía problemas, nos juntamos y somos una pareja feliz.

¿El dinero es la felicidad?

No, pero sin dinero, no se pueden comprar pastillas tranquilizantes (risas).

¿A qué se dedica actualmente?

Me dedico al Internet Corporativo. Tengo el mejor sistema de Internet Corporativo. Todo lo que se habla de 4G, todo eso es parte del servicio.

¿Qué le falta por hacer?

Esto es lo último que quiero hacer. No tengo nada más qué hacer en comunicaciones. Ya no estoy para hacer, estoy simplemente vigilando que esto funcione, porque me entretiene.

Va a cumplir 84 años, antes sus fiestas estaban llenas de famosos, ahora no tanto. ¿Con quién festejará?

Antes los famosos me buscaban. Yo no los buscaba a ellos, pero mis reuniones son familiares. Yo tengo seis hijos, 24 nietos y un bisnieto, así que tengo suficiente gente en la fiesta.

¿Duerme tranquilo?

Muy tranquilo. Duermo muy bien y sin tomar pastillas.

Gracias, señor Delgado Parker, por sus revelaciones…

Gracias a usted.