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El asesinato de 10 personas que fueron halladas calcinadas en Michoacán, oeste de México, fue ordenado por el alcalde del municipio de Álvaro Obregón, quien buscaba evitar que un cártel vendiera drogas al menudeo en su territorio, dijo este martes el gobernador estatal.

El lunes, Juan Carlos Arreygue, alcalde del municipio de Álvaro Obregón, fue detenido junto a cuatro policías locales, entre ellos un mando superior, en relación a este crimen.

En sus declaraciones, los uniformados señalaron “como probable responsable al alcalde” del municipio de Álvaro Obregón, dijo a Radio Imagen el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles.

Según estos relatos, los fallecidos pertenecían a una banda dedicada a “la venta de droga al menudeo, el llamado ‘narcomenudeo’, y había una rivalidad incluso por algunas diferencias con algunos familiares del propio alcalde”, dijo Aureoles.

Esa banda buscaba distribuir droga en el municipio de Álvaro Obregón, “lo cual el alcalde había determinado que no les iba a permitir”, añadió el gobernador de Michoacán.


Las autoridades no han determinado si Arreygue estaba defendiendo su propia plaza de venta de droga, pero según el gobernador, había sido investigado por agentes de inteligencia antes de su investidura como alcalde y “había varias referencias de su vínculo” con líderes de Los Caballeros Templarios, un cártel ahora desmantelado que asoló durante años a Michoacán.

Según la fiscalía de Michoacán, la noche del último viernes varias personas que se encontraban en un pequeño comercio en los límites de los municipios de Cuitzeo y Indaparapeo fueron arrestadas por policías del municipio de Álvaro Obregón.

Los civiles fueron sometidos y obligados a subir a una camioneta, y al día siguiente fueron encontrados sin vida y calcinados en el vehículo en un predio de Cuitzeo, según la fiscalía.

“El alcalde habría dado de manera directa la instrucción y les había entregado además un arma (…) para que después se cometiera este múltiple asesinato”, dijo el gobernador de Michoacán.

Según la fiscalía local, entre las víctimas hay un hombre que prestaba sus servicios en la alcaldía de Álvaro Obregón y se presume “mantenía diferencias de carácter personal” con Arreygue.

El hallazgo de los 10 cuerpos calcinados nuevamente hace sonar las alarmas en Michoacán, estado duramente golpeado por la violencia ligada al narcotráfico.

Los casos de civiles capturados por policías para después ser asesinados se han presentado en otros puntos de México en los últimos años, entre ellos el sonado caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en Guerrero, estado vecino de Michoacán. (AFP)

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