El Papa Francisco acusó a los “traficantes de armas” de estar detrás de los atentados en Bruselas durante la misa de Jueves Santo, celebrada en el centro para inmigrantes de Castelnovo di Porto, un pequeño pueblo al norte de Roma, donde se encuentra un centro que aloja a más de 800 refugiados y solicitantes de asilo de 25 países, entre ellos numerosos musulmanes.

“Detrás de ese gesto están los traficantes de armas, que quieren sangre, no la paz, que quieren la guerra y no la fraternidad”, dijo el papa al referirse a los atentados que costaron la vida a 31 personas y dejaron 300 heridos.

Durante la ceremonia el Papa Francisco lavó los pies a 12 personas, tres mujeres y ocho varones, once de ellos refugiados de varias nacionalidades que han pedido asilo a Italia, un gesto para sensibilizar a Europa sobre el dramático flujo sin precedentes de inmigrantes que huyen de las guerras y el hambre de África y Oriente Medio.

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“Aquí todos somos hermanos y todos decimos: ‘somos distintos, tenemos diferentes culturas y religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz’”, agregó.

Entre los seleccionados figuraba una mujer eritrea, vestida de blanco con velo y cuatro nigerianos, muy emocionados, ante los cuales el Papa Francisco se arrodilló para lavar a cada uno los pies, para sucesivamente secarlos y besarlos.

Desde que fue elegido pontífice en el 2013, Francisco, decidió salir del Vaticano para lavar los pies a detenidos, mujeres y personas de todas las religiones.

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