Balacera en Rímac y Breña: Los asesinos de los policías

El fotógrafo Gary nos habla sobre el terrible asesinato de dos efectivos policiales en balacera en el Rímac y Breña.

Redaccion Trome

El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un delicioso pescado a la chorrillana con arroz blanco graneadito, papitas doradas, arvejas y un refresco de maracuyá friecito. “María, en nuestro país, la delincuencia no tiene ningún respeto por los policías. Lo confirma el asesinato a sangre fría de dos agentes ayer en el Rímac. Esta historia de sangre empezó al promediar el mediodía, cuando cuatro feroces ‘marcas’ en una lujosa camioneta Audi llegaron a los alrededores de una agencia bancaria en la avenida Tarapacá.

En ese lugar de Rímac asaltaron a un hombre a quien robaron los 10 mil soles que acababa de retirar. Luego, huyeron a gran velocidad, pero en el camino se cruzaron con un patrullero. Como los delincuentes estaban nerviosos, asustados, y pensaban que habían sido descubiertos, uno de ellos bajó de la camioneta y, sin piedad, los acribilló por atrás. Fueron doce balazos. Los tres policías que estaban en la camioneta no tuvieron ninguna oportunidad de defenderse, pues estos miserables los atacaron a traición. Poco después murieron dos efectivos y el tercero quedó herido. Acto seguido, huyeron rumbo a Breña.

Parece que esta vez el cerco policial sí dio resultados, pues los pistoleros no pudieron escapar tan fácilmente. Chocaron en la cuadra 13 de la avenida Arica, Breña, donde bajaron rápidamente para despojar a una pareja de su camioneta Hyundai. Fue cuando dos de los delincuentes deciden huir a pie, y fueron capturados por los alrededores. Los demás escaparon a toda velocidad con la camioneta robada. Estos fueron perseguidos por la policía, con la que se enfrentaron a balazos, pero lograron evadirse. Los capturados fueron identificados como Jean Poul Romero de la Vega, de 28 años, y Abner Benjamín Olivera Quijandría, de 24.

El primero tiene antecedentes por el robo de un vehículo, y el segundo por homicidio. Lo increíble es que habían sido capturados el 2014 y 2015, pero pese a ello estaban libres, operando como despiadados ‘marcas’. Las autoridades involucradas en la liberación de estos asesinos tienen bastante culpa por la muerte de los dos uniformados, y también mucho que explicar. Cómo es que sujetos tan peligrosos, que cometieron delitos graves, fueron soltados tan rápido. Con tanta violencia, Lima se está convirtiendo en un lugar demasiado peligroso. Ya no se puede ni salir a comer tranquilo. ¡Si a los mismos policías los matan con tanta facilidad! Ojalá el próximo gobierno priorice la seguridad ciudadana, ese es el tema más urgente para nuestro país”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.