Este Búho no deja de sorprenderse con las denuncias de que al interior de la Policía Nacional se habría gestado un presunto ‘escuadrón de la muerte’, que probablemente acabó con la vida de delincuentes, incluidos efectivos, supuestamente comprometidos en delitos. Estas versiones sostienen que dichos operativos fueron ‘montados’ para ganar ascensos y, obviamente, aumentos de sueldo. El asunto es complicado y el propio ministro del Interior, Carlos Basombrío , ha ordenado una exhaustiva investigación.
Malos policías existen en todas partes del mundo. Los más famosos ‘escuadrones de la muerte’ aparecieron en Brasil, en la década de los setenta, en plena dictadura militar. Con la impunidad de un gobierno que había anulado las garantías constitucionales, malos uniformados se dedicaron a asesinar a delincuentes de las favelas, las barriadas más pobres de Río de Janeiro, pero de paso, también mataban a estudiantes, obreros y opositores políticos a la férrea dictadura.
Pero es en el cine donde nos han presentado a verdaderos asesinos con chapa y pistola asignada por el Estado. Cómo no recordar la notable ‘Training Day’ (‘Día de entrenamiento’) de Antoine Fuqua del año 2001. Allí, un actor que siempre hace papeles de ‘bueno’, Denzel Washington, interpreta a un vil policía de Los Ángeles, Alonzo Harris, con varias condecoraciones y ascensos, pero que es el tipo más corrupto de todo el cuerpo. Él lidera una ‘banda’ de policías encargada de extorsionar, robar y asesinar a delincuentes.
Se reúne en restaurantes caros con jueces, comisionados, iguales de corruptos que él, quienes son los que expiden las órdenes de allanamiento para que Alonzo y sus secuaces, también policías, roben el botín que esconden los delincuentes, a los que después asesinan a sangre fría. Pero Alonzo no las tiene todas consigo. En una noche de juerga en un casino de Las Vegas, mata a un inmigrante, sin imaginar que era un prominente miembro de la mafia rusa. La implacable cofradía le da un ultimátum: ‘Si no les paga un millón de dólares será hombre muerto’. Y él sabe que los rusos cumplen sus promesas.
Desesperado, decide robar a un viejo delincuente, del que sabe esconde un millonario botín en algún lugar de su casa. Justo el día en que va a dar el golpe a ‘Roger’ (Scott Glenn) le asignan a un jovencito agente nuevo, Jake Hoyt, notable Ethan Hawke. El muchacho quiere ser un buen policía, pero nunca imaginó que en su primer ‘día de entrenamiento’, Alonzo le hará fumar marihuana, lo llevará a robar en la casa de un ladrón afroamericano al que encarceló y luego, lo convertirá en testigo del asesinato de ‘Roger’ a sangre fría.
Cuando Alonzo se da cuenta que Jake no está dispuesto a ser cómplice del terrible actuar delictivo del escuadrón del jefe, lo lleva al más maleado barrio de ‘chicanos’ de la ciudad, donde lo deja jugando cartas con el peligroso pandillero ‘Smiley’ y su gavilla de psicópatas. Lo ‘deposita’ con la orden de asesinarlo. Pero increíbles sucesos y casualidades hacen que ‘Jake’ se libre de la muerte y ajuste cuentas con su instructor del mal.
Tan convincente fue la actuación de Washington, en la piel de Alonzo, que ganó el Oscar al mejor actor en el 2001 y Ethan Hawke fue candidato a mejor actor de reparto. Otra película donde se puede ver que ciertos uniformados pueden convertirse en los peores delincuentes con chapa y licencia para portar armas, es ‘L.A. Confidential’ (‘Los Ángeles al desnudo’) de Curtis Hanson. Pero me quedé corto y la dejo para otra columna. Apago el televisor.
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