Películas de Navidad

Nuestro columnista habla sobre películas para pasar la Navidad.

Redaccion Trome

Más sobre:

Navidad

,

Cine

Este Búho comentaba ayer que disfruta la Navidad. Viví noches maravillosas de niño, en la mítica Unidad Vecinal Mirones y hoy la gozo con mi pequeña hija. También conté que varias películas se quedaron en mi mente. Aunque no lo crean, hasta en un filme de gánsteres puede estar presente la Navidad.

En ‘El padrino’, de Francis Ford Coppola, hay una escena impresionante. La ciudad de Nueva York está cubierta de nieve. Es Navidad y el hijo del Don, Michael (Al Pacino) ha pasado la noche en un hotel con su novia Kay (Diane Keaton) y recorre la Quinta Avenida comprando regalos para llevar a la casa de su padre. Luego de salir de un cine, Kay se queda mirando fijamente un quiosco de periódicos y ve la portada de un diario vespertino un tremendo titular: ¡Vito Corleone, jefe del hampa, habría sido asesinado! y de fondo se escucha el clásico tema navideño de Bing Crosby ‘Santa Claus is coming to town’.

En estas fechas siempre recomiendo el clásico ‘Qué bello es vivir’, con el gran James Stewart, y cualquier versión de ‘Una canción de Navidad’. El gran escritor inglés Charles Dickens, quien en esos cuentos de niños, tuvo la valentía para mostrar todas las injusticias y la explotación en la era Victoriana.

Y para los que gustan de la adrenalina, deberían comprar en Blu-ray una clásica de los 80: ‘Gremlins’, de Joe Dante. Detrás de la invasión de esos siniestros monstruitos en Navidad, se encierra una triste historia de la novia del protagonista, quien odiaba con toda sus fuerzas la fiesta navideña. Este columnista cree que esta fecha es buena para, al menos en esta ocasión (lo que no debería ser), tratar de dejar de pensar en uno mismo y pensar en los demás.

El mejor presente de Navidad no es tener la casa llena de regalos, chancho o pavo. Hay muchos hogares donde sobra el dinero y escasea el amor. Hay padres separados, que ni en Nochebuena evitan el odio que tienen a sus exparejas y los que pagan los ‘platos rotos’ son los hijos, a los que ni van a saludarlos.

Hay hogares humildes en los que, sin pavo ni panetón de marca, se vive una verdadera Navidad, porque hay amor entre padres e hijos y un juguete de plástico o un cuartito de pollo es suficiente para pasar una Nochebuena inolvidable. Porque lo mejor que le puede pasar a un niño es tener una linda Navidad rodeado del amor de sus seres queridos. Eso no se olvida. Se los dice este columnista que, con sus tremendos ojazos, ha visto pasar tantas fiestas y sigue pensando que los milagros existen. Apago el televisor.