Qué tales ‘faenones’

Nuestro columnista comenta el caso de los ‘petroaudios’, que involucró al exministro Rómulo León.

Redaccion Trome

Este Búho se pone a pensar cómo recibe el ciudadano los escándalos en los que se ve inmersa la mal llamada ‘clase política’. ¿Qué puede decir el hombre que se levanta a las 5:30 de la madrugada para tomar un frugal desayuno casi a oscuras, luego agarrar un micro repleto y llegar a las 7 a trabajar, ganando un sueldo mínimo de 750 soles, mientras malas autoridades se embolsan miles de dólares en ‘faenones’? ¿Qué puede decir cuando se informa que el siniestro Rodolfo Orellana estafó al Estado por más de 500 millones de dólares en complicidad con malos funcionarios de los Registros Públicos, el Poder Judicial y hasta el Reniec? ¿Qué dirán de las licitaciones que ganaron las empresas a las que Martín Belaunde hizo lobby amparado en su estrechísima amistad con la pareja presidencial, las jovencitas que trabajan doce horas en modernos supermercados y ganan sueldo mínimo sin cobrar horas extras?

Ellas siguen laborando en esas injustas condiciones laborales, pero no se les ocurre meterse de ‘peperas’ o ejercer otra ilícita profesión. No todos son ‘hijitos de papá’ como Romulito, quien no tiene trabajo conocido, pero está acostumbrado a armar escándalos en lugares públicos que terminan en la comisaría. A los policías del FBI o Scotland Yard les daría un ataque de nervios si supieran que los policías peruanos no le incautaron la pistola con que el hijo de Rómulo León hirió a la expareja de su papá.

Este columnista recuerda un caso emblemático de corrupción: los ‘petroaudios’ cuyo juicio demoró, increíblemente, varios años y está en la etapa oral, por el que el fiscal pide siete años de prisión efectiva para Rómulo León. Los protagonistas fueron precisamente el exministro de Pesquería, Alberto ‘Don Bieto’ Quimper (entonces funcionario de Perúpetro, ente estatal encargado de promover la inversión en actividades petroleras e hidrocarburos) y Fortunato Canaán (empresario dominicano, representante de la noruega Discover Petroleum). Otros: César Gutiérrez (expresidente de Petroperú), Juan Valdivia (entonces ministro de Energía y Minas), Jorge del Castillo (entonces primer ministro) y Hernán Garrido Lecca (entonces ministro de Salud).

La acusación fiscal sostiene que los involucrados tuvieron participación en una negociación ilícita para que la empresa Discover obtenga lotes de hidrocarburos del Estado. Este escándalo se destapó porque salieron a la luz audios de conversaciones telefónicas entre Rómulo y Quimper. Con un lenguaje procaz, pero sobre todo, que desnudaba el ilícito trabajo que hicieron para favorecer a una empresa que les pagó, según se escuchó, pingües ‘honorarios de éxito’. Aquí algunas perlitas de esos audios:

-‘Hemos hecho un faenón, hermano. Somos un equipo de la gran pu…’ (Quimper)

- Pide trescientos (300 mil dólares) y de repente quedamos en 210. Ya ve tú. Saca lo máximo. ¡¡Tienes que operarlos!!’ (Quimper)

- Ya, ya. Yo llevo el bisturí. (Ernesto Arias Schreiber)

- Hemos formado un equipo de la gran pu…, hemos trabajado en todos los terrenos (…), hemos incluido hasta Servicio de Inteligencia (…), la cosa salió cojonuda… ahora nos falta cobrar los honorarios de éxito… (Quimper). No se extrañen que ninguno de los involucrados termine condenado. Estamos en el Perú. Apago el televisor.