Sonia, Dina y Malcom

El fotógrafo Gary nos habla nuevamente sobre el recordado periodista peruano.

Redaccion Trome

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por sus ricos tallarines rojos con una presa de pollo parte pierna y de entrada una riquísima papa a la huancaína. “María, llegó a la Redacción mi amigo, el gran marketero ayacuchano Malcom Mendocha. “Chato, como promotor de la disquera ‘El Virrey’, vi la hermandad en la grabación de dos valores entrañables del cantar del pueblo: ‘Picaflor de los Andes’ y ‘Flor Pucarina’. Después, mi labor periodística me permitió conocer a dos genuinas y bellas artistas que edificaron un fantástico nuevo escenario folclórico: Dina Páucar y Sonia Morales. Dina, con 11 añitos, había dejado su pueblito huanuqueño para conquistar la capital, vendiendo emoliente y como empleada del hogar.

Mientras cocinaba, cantaba. Un enorme choclo en la mano era el micrófono soñado y como luchadora mujer provinciana juntó su platita hasta ¡costear su propio disco! llamado ‘Mi tesoro’. Había nacido ‘La diosa hermosa del amor’ en su templo sonoro: ‘La caravana Prodisar’ hasta encumbrarse con su tema, ‘Qué lindos son tus ojos’, rompiendo el tabú en vender más discos que éxitos rockeros y en inglés. Su fama cruzó las fronteras sin perder identidad y saludando a su público en quechua. Su esencia artística es ‘Marca Perú’ y así retumba el ‘Yawar Toro’, en Puente Piedra. Otra hija del pueblo es Sonia Morales, con su emocionante serie ‘Nacida para triunfar’ nos enseña que es una madre guerrera. Asomó con estilo alegre de la mano del querido ‘Chato’ Grados integrando las ‘Chicas mañaneras’.

Saltó a la fama desde el caserío ancashino Musho hasta Washington y contratada directamente por ¡paisanos residentes en Estados Unidos!, por eso es aclamada como ‘La Internacional’. Con ella el huaino se vistió de gala al compás de nuestra emblemática arpa, bailando y zapateando con los compatriotas en Roma, Madrid y París. La fuerza telúrica en su voz y cimbreantes caderas, sacudió ‘El Huayllabamba’, hasta el dulce amanecer con temas como ‘Tomaré para olvidarte’, ‘A mi corazón le pregunto’, entre otros. Su bondadoso corazón le dictó restaurar la capilla de su pueblo y remodelar la plaza principal, testigo de su precaria infancia. A Dina y Sonia les crearon leyendas de rivalidad con fantasías de envidia entre bambalinas. Entonces, con espíritu conciliador, las junté en un imponente hotel, sin sus alucinantes polleras y vestidas muy elegantes, se miraron cálidamente y se dieron un prolongado y tierno abrazo. Ahí está la foto con auténtico sentimiento andino’”. Pucha, ese señor Malcom siempre rodeado de estrellas. Me voy, cuídense.