Iván Cruz: "En los conciertos me gritan: Canta, Comizzo"

El ‘bolerista del pueblo’ se juergueó con Chale, Sotil y Mifflin. Dice que es tan parecido al DT argentino que fue arquero.

Redaccion Trome

Por: F. ‘Vocha’ Dávila

Si usted es un viejo bolerista, de esos que gustaban echar su moneda en la rockola y cantar con los ojos llenos de lágrimas, pues le cuento que este hombre los interpretaba como nadie. Esta versión ‘Comizzo de barrio’ es alegre, loco, divertido, juguetón, amante y analista del fútbol, y defensor de todos los que se la juegan por lo que quieren. Para este ‘Ángel David’, caracterizado por el gran Iván Cruz, ahora su máxima preocupación es dirigir su vida por los caminos del Señor. Es un técnico exigente consigo mismo y no deja nada suelto. Sabe que el ‘enemigo’ también es poderoso. Con ustedes, una charla técnica única, imperdible, sabrosa y reflexiva.

Buenos días, don Iván Cruz, la verdad es que lo veo caminar, gritar y renegar como el técnico de Universitario.

En los conciertos me gritan: ‘Canta, Comizzo’. Y cuando leo cómo le hacen la vida imposible a mi clon, les digo a los dirigentes, periodistas e hinchas: ‘Déjenlo vivir su vida…’.

O sea, se solidariza con él.

Este argentino ha mantenido al equipo entre los cuatro primeros del campeonato y con mocosos. ¿Sabes por qué?

Dímelo.

No le tiembla la mano para poner chibolos y sacar viejos. Si Rainer Torres o el ‘Chino’ Ximénez no se ponían en forma, se iban para afuera.

¿Usted también usa su botellita con agua?

Y también la tiro al piso, cuando no salen las cosas como quiero.

Cuidado, alguno va a decir: ‘Iván, tú estás para cantar, no para hablar de fútbol’.

Yo era recontramalo y mis amigos me mandaban al arco, hasta en eso me parezco al entrenador de la ‘U’. He jugado poco, pero puedo hablar de la pelotita más que cualquiera.

¿Y eso?

He sido causita de Roberto Chale y otros grandes. Te cuento una del ‘Niño terrible’.

Adelante.

La selección con Chale estaba de gira por Estados Unidos y, cuando almorzaba en un hotel ficho, entró la delegación y Robertito me reconoció.

¡Increíble!

Se acercó y, antes de darnos un saludo, ya estábamos pidiendo una cerveza. Empezamos a conversar, nos peleábamos por quién pedía más rápido la siguiente chela.

Hasta allí, todo normal.

Claro, pero los jugadores terminaron de comer y los dirigentes lo llamaban a Chale, le mandaban avisar que debían irse. Primero vino el mozo, después un conserje, luego un asistente del cuerpo técnico y al final un alto directivo: ‘Roberto, los muchachos ya se fueron a descansar, vamos’, le dijo el tipo muy serio.

¿Y qué respondió?

‘A esos huev… los veo todos los días, en cambio, a Iván Cruz una sola vez en mi vida’.

¿La siguieron?

Por supuesto y, a la hora, volvieron los directivos y se lo llevaron a la fuerza. Aquella noche llegué con las justas a mi concierto.

Me contaste que compartiste anécdotas con varios mundialistas.

Una noche de los 70 canté en un coliseo de Lima. Estaba reventando y, la verdad, terminé extenuado. Me cambiaba en mi camarín y empiezan a tocar la puerta con fuerza.

¿Quién era?

Eso me preguntaba yo, y le digo a un asistente: Anda y bótalo a ese bullero que toca de esa manera. Fue, volvió y cuando volteé a mirar, era el gran ‘Cholo’ Sotil recién llegadito del Barcelona. Me puse de pie, porque para mí merecía toda mi admiración, y muy fresco me cuadró: ‘¿Qué pasó? No cantaste ‘La ficha marcada’.

¿Cuál fue tu reacción?

Tranquilo, le dije. No la habré cantado en el escenario, pero si quieres, vamos por allí y te interpreto ese tema que tanto te gusta. Y nos fuimos a otro lado, nos quedamos hasta las 6 de la mañana y con todo lo que te puedas imaginar. Fue una noche con todos sus ‘juguetes’.

Es que ustedes tenían fama de ‘coquetos’.

Ja, ja, ja, no sé que es eso. Bueno, éramos coquetones, ja, ja, ja.

¿Algún otro amiguito famoso?

Mi hermano Ramón Mifflin. Fui el único artista que lo hizo subir a un escenario. Fue en un concierto mío en Arequipa. La selección llegó a la ciudad y él era asistente de Tim. El pueblo lo llenó de aplausos.

Es que el hincha quiere a esos ‘héroes’ que me has nombrado.

Y también a este servidor. Éramos los más amados y la gente, en esos tiempos, comentaba que si se juntaban Chale, Sotil, Mifflin y yo en una ‘huasca’, nos convertíamos en los ‘Cuatro jinetes de la Apocalipsis’ y hasta el diablo temblaba de miedo, ja, ja, ja.

Un genio como José José fue encontrado durmiendo en un carro, ¿te pasó igual?

Tomaba demasiado y no me gustaba molestar a nadie, ni que me vean en un estado calamitoso mi familia, y por eso varias veces me metí a un carro abandonado. Allí cerraba los ojos y descansaba.

Tuviste todo, ¿perdiste mucho?

Tuve una casa en Miami y la perdí. Tuve terrenos en lo que hoy es ‘Asia’ y también los perdí.