Las mil y una de Ruckelly

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Redaccion Trome

LA ENAMORADA DE ‘CHIQUITO’

Paternalista. Tía. Alcahuete. De todo le han dicho a Juan Carlos Oblitas por ser amigo del jugador. Un estilo que como entrenador le dio éxitos y buenos resultados. Campeón con la ‘U’, Cristal, LDU (Ecuador) y estuvo a punto de llevarnos al Mundial de Francia 98’. Era ‘pata’ porque aconsejaba y a la hora de la chamba también puteaba. Para la Copa América del 99, en Paraguay, convocó a algunos debutantes con la selección: ‘Juanjo’ Velásquez, José Chacón y Juan Flores. En la primera cita juntó al grupo y pidió ‘entrenamiento invisible’.

En castellano: duerman temprano, nada de juerga ni escándalos. Cuiden las piernas y dosifiquen sus energías. “Fui jugador y sé que las chicas se les acercarán y es inevitable que salgan con ellas. Hagan sus cosas y no abusen. Eso sí, no los quiero ver de la mano con vedettes ni bailarinas”, recomendó muy serio el ‘Ciego’. Un referente se tomaba la cabeza, le mandaba señas para que no siga con el discurso que ‘agarraba carne’ y el DT lo ignoraba. Se acercó para tratar de explicarle algo, pero se siguió despachando. “Ese tipo de mujer te desaparece del fútbol, trae problemas”.

Finalizado el ‘sermón’, lo llamó al experimentado: ‘¿Qué me querías decir?’. ‘Ya es tarde’, contestó su jugador que remató: ‘Te informo que ‘Chiquito’ es enamorado de Tula Rodríguez’. El técnico sonrió: ‘Para qué es huevón’, amagó por la izquierda como en sus buenos tiempos. Paternalista. Tía. Alcahuete. Lo que quieran, pero su carrera profesional y 43 años de matrimonio avalan sus palabras. Eligió la familia, eligió la felicidad. Amigos así hacen falta hoy en nuestro fútbol.

LA ‘MULITA’ DE CARMONA

La necesidad a veces te hace cruzar la línea. Otras te despierta el ingenio para sobrevivir. En el 2001 no había un ‘mango’ en Municipal. La misma historia de su historia. Solo goteaba un dinerito de vez en cuando. El ambiente navideño se respiraba en la ciudad y los villancicos y la baja atormentaban al DT ‘Titín’ Drago, su asistente ‘Chino’ Rivera, el preparador físico Willy Laya y su volante Alfredo Carmona. Pero el cuarteto tenía algo en común: ‘burreros’.

Entonces se les ocurrió una idea. Jugarse una ‘mulita’ en el hipódromo. Acordaron una chanchita más fuerte que las anteriores. Bien dateados con los pronósticos, mandaron al ‘Cabezón’ amante de la hípica con el billete a ponerle fe a la apuesta. Todos prendidos a la radio siguiendo las incidencias de las 6 carreras. Acertaron en las 5 primeras y solo faltaba una. Se sentían seguros porque el número elegido no tenía pierde. 40 mil dólares para repartir.

El premio, la bolsa. Sin embargo, no contaron con que Carmona, asesorado por el jinete Benjamín Cacha Padilla, cambiaría de caballo en la última prueba. Fue por el golpe. Pero ganó el favorito y se quedaron sin nada. Sin panetón. El volante, que no estaba convocado para el partido con Cienciano por una lesión, se apareció avergonzado y con su maletín en el hotel ‘Britania’, lugar de concentración, donde ‘Titín’ no tenía fuerzas ni para hablar. “Profe, me falló el dato, voy a jugar, infíltreme”. El ‘Cabezón’ con el tobillo como un zapallo dio una asistencia y la ‘Academia’ ganó 2-1 y salvó la categoría. Una por otra. Así son los juegos. Roberto acertó dándole la 10. No la plata.

CON RUBIÑOS EN EL ARCO…

Su apellido es el primero que suena en una polca de Eddie Martínez. Su nombre completo figura en la web de la FIFA. Y sus actuaciones quedaron registradas en los recortes periodísticos, videos y chips de sus compañeros e hinchas. Luis Rubiños volaba de palo a palo para atajar también las bromas. El 85, la selección Sub 23 era dirigida por los mundialistas Roberto Chale y Luis Cruzado.

Ambos palomillas, callejeros, cheleros y sobre todo cracks de cracks. Y lo llevaron de preparador de arqueros. Viejos amigos por los momentos inolvidables en Universitario y selecciones. Una mañana, en la cancha del San Agustín, la dupla técnica ordenó trabajos específicos. Defensas, mediocampistas y delanteros por un lado y los goleros por otro. Terminaron sus labores y se pusieron a observar a los porteros.

El más exigido era Humberto ‘La Chancha’ Valdettaro, quien cortaba los centros del zambito César Loyola. En su primera salida en falso, don Lucho voltea y renegando le dice a los dos: “Como quisiera tener 20 años menos para cuadrarme en el arco y enseñarles a estos chicos”. El ‘Colorado’ fresco lo invitó al recuerdo. “Claro, para que la cag… como en el 70”. El ‘Niño Terrible’ también encendió su chispa: ‘Por eso nos quedamos misios’.

El tío sonrió y ordenó que los guardametas se vayan a las duchas. Tienen tanta confianza, que fue al primero que jalaron para su equipo de trabajo. Sentido del humor. Sentido común.