Se fueron en silencio y vuelven con bulla, con un color dorado en el cuello que creíamos no existía, y con la palabra ‘campeones’ que pensábamos nunca la diríamos. Nuestra selección Sub 15 nos regaló la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Un equipo compacto, con cuatro partidos jugados, cuatro ganados. Diez goles a favor y solo cuatro recibidos. Estos son los chicos de Juan José Oré.
TORRES GEMELAS
Y como todo empieza de atrás para adelante, les presentamos al portero: Fabrián Caytuiro. El golero crema tiene talla (1,79 metros), buen juego aéreo, entrenará con el primer equipo de la ‘U’ y su mamá le revisa los horarios del colegio. Otro detalle a favor es el biotipo. Tres de nuestros defensas son una torre: Marco Saravia mide 1.85, Carlos Huerto 1.76 y Fabio Rojas 1.73. Metros más adelante está la contención: Christian Sánchez y Gerald Távara. Ambos concentran juntos y son un fortaleza en el quite.
*EL NUEVO ‘HIJO’ DE LA FOCA *
Pero no hay equipo campeón sin goleadores y tenemos dos: Franklin Gil usa cabello no tan corto, número 14 en la espalda (que luce Pizarro) y es veloz para encarar y definir, por eso nos arrancó aplausos con el primer gol ante Corea en la final, donde demostró técnica y definición. A su lado, el capitán Fernando Pacheco (tres goles en el torneo) tiene 15 años, le dicen ‘Foca’ (y de Farfán tiene la potencia) y es una promesa de las canteras de Sporting Cristal.
Todos son importantes, desde los titulares hasta los suplentes como el golero Ismael Quispe (el que más ronca de todo el equipo según sus compañeros) y el volante José Inga, al que cariñosamente lo llaman ‘el gordo’. Nuestra Sub 15, los chicos con el oro en el cuello y la palabra imposible debajo de sus chimpunes.
ZANCUDIRECHO
Si nos vamos a la parte ofensiva, allí está Christopher Olivares. ¿Le suena el apellido? Pues sí, es hijo del ‘Zancudo’, del buen Percy que jugó en varios clubes del mundo y formó parte de la selección del 98 que casi nos lleva al Mundial, aunque a diferencia de su padre, va de volante por derecha. Su compañero de cuarto, y de aventuras creativas, es Anthony Quijano: ‘un buen causa’, para el ‘Zancudito’.