Dentro de nuestro planeta Tierra, el viento es el movimiento en masa (o bloque) del aire dentro de la atmósfera y que se produce en dirección horizontal. Es un fenómeno natural que se registra por la compensación de las diferencias de presión atmosférica entre dos puntos, uno con aire más caliente que otro.
Los fuertes vientos que soportó Lima días atrás hicieron hablar a algunos de vientos huracanados y hasta tornados, al levantarse nubes de polvo en Ate, al este de la capital.
Sin embargo, según la Escala de Beaufort de la Fuerza de los Vientos, que se aplica para medir la velocidad del viento en kilómetros por hora, tales conceptos eran errados porque Lima soportó un máximo que se acercó a los 40 km/h. Es decir, a un fresco (brisa fuerte) que mueve las copas de árboles y hace más lento el caminar. Un viento huracanado, según la escala indicada, es superior a los 118 km/h y provoca que vuelen autos, árboles, casas, techos y personas.
Los remolinos de viento en Lima tampoco fueron tornados, sino apenas tolvaneras o remolinos de polvo, muchas veces previos a la lluvia, que arrastran tierra y arena por su fuerza.