Julio C. Tello fue un destacado médico y arqueólogo peruano. Nació en Huarochirí el 11 de abril de 1880, y murió en Lima, el 3 de junio de 1947.
Descubrió a las Culturas Chavín y Paracas. Conoce aquí por qué es necesario conocer a este sabio.
Se le llama ‘Padre de la arqueología peruana’ porque cerca de tres décadas recorrió el Perú, haciendo excavaciones y estudios notables. Inspeccionó la cuenca de los ríos Huallaga y Marañón, Chavín de Huántar, Nasca, la Península de Paracas, Pachacámac, Casma y Nepeña, Moche, Puno y Cusco.
LA CULTURA CHAVÍN
Se desarrolló entre los años 900 a.C y 200 a.C. y la época contemporánea fue
descubierta en 1919 por Julio C. Tello.
A Chavín pertenecen:
Obelisco de Tello: Inmensa piedra de culto religioso en forma alto, bajo y planorrelieve. Mide 2,52 metros de alto y 0,32 metros de ancho en la base.
Fue descubierto por el agricultor Trinidad Alfaro en 1907, en Chavín de Huántar, pero Tello fue el primero en estudiarlo.
Cabezas clavas: Rocas esculpidas en forma de cabezas con rasgos humanos, que se
mezclan con los de felinos andinos y aves de rapiña. En la década de 1920, Tello encontró 42 cabezas empotradas en la fachada del Templo de Chavín de Huántar.
LA CULTURA PARACAS
Evolucionó entre los años 700 a.C. y 200 d.C. y fue descubierta por Julio C. Tello en la península de Paracas, al sur de Pisco (Ica), en julio de 1925.
A Paracas pertenecen:
Fardos funerarios: En Cerro Colorado, Warikayan y Cabeza Larga se halló tumbas con fardos funerarios.
Trepanaciones craneanas: Tello encontró cabezas deformadas con fines ceremoniales.
Mantos y textiles: Además de ceramios, Tello estudió los hermosos textiles
paracas que hasta hoy mantienen sus vivos colores.