Las presiones laborales son el ‘pan de cada día’ y debes aprender a que no te afecten y, sobre todo, evitar trasladar esa ansiedad a tu hogar. Para lograrlo Martina Gómez, directora del Centro de Terapia Alternativa y de Antienvejecimiento recomienda:

Levántate temprano y desayuna bien. El consumo regular de vitamina C, ácido fólico y zinc es vital para el sistema inmune.

Establece prioridades. Haz lo más importante al principio. Deja los asuntos triviales para el final de la jornada.

Respira adecuadamente. Cuando sientas mayor presión, respira lentamente por la nariz y bota el aire por la boca. Toma agua.

Controla el teléfono. Si tienes que realizar muchas llamadas, agrúpalas y hazlas a una hora determinada. Así luego no perjudicarás tu concentración.

No postergues tu almuerzo. Lo hora de la comida te sirve para recuperar las energías perdidas y despejar la mente.

DE REGRESO A CASA…

Haz ejercicios. Estudios científicos revelan que son terapéuticos y previenen los cuadros de ansiedad.

Toma un baño. Relaja y prepara tu cuerpo para el sueño.

Desconéctate. Ve una película o lee un libro, sentirás placer.

Duerme entre 7 u 8 horas. Despertarás con energías.

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