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Angélica Valdés es periodista y conductora de la edición sabatina de ‘América Noticias’ ha cubierto riesgosas comisiones, incluso estando embarazada. Afirma que le apasiona su trabajo, está casada con piloto de la FAP y tiene dos hijos.

¿Qué es lo que más te gusta del periodismo?

A mí lo que siempre me gustó del periodismo es no hacer lo mismo todos los días.

¿Te sientes cómoda en América Televisión?

Sí, ya voy a cumplir once años en América. Ahorita estamos divididos por secciones y yo cubro únicamente política, aunque eventual- mente abordamos otros temas, como el huaico en Chosica.

¿Te consideras avezada?
Bastante, pero el ser mamá ha hecho que, en ciertas ocasiones, piense dos veces las cosas.

¿Cuál es el mayor riesgo que has atravesado?

Antes de casarme, me mandaron varias veces a emboscadas terroristas. Pero la mayor locura fue en el 2010, cuando un sujeto ingresó a la sede del Banco Continental en Gamarra y tomó rehenes. Yo tenía cuatro meses de embarazo.

¿Qué te dijo tu esposo cuando te vio en vivo?

Cuando pasó todo, me llamó desesperado para decirme ‘¡qué haces allí!’ En el trayecto al canal, recién me puse a meditar lo que había hecho.

¿Evaluaste el peligro…?

Sí, pero después, con mi segundo embarazo, me fui a La Parada cuando los comerciantes intentaban regresar. Tenía dos meses gestando.

¿Siempre quisiste ser periodista?

La verdad es que me gustaba ver noticias desde chiquita. La televisión me jaló más porque tiene más llegada y las imágenes pesan mucho.

Se dice que para estar en televisión hay que ser bonita, ¿verdad o mito?

Lo más importante es tener empatía y transmitir confianza. Cualquiera no puede ponerse ante cámaras.

¿Qué has arriesgado por el periodismo?

Tiempo con mi familia. Trato de manejarlo, porque mi esposo y mis hijos son lo más importante. Sin embargo, me siento bendecida de trabajar en lo que me gusta.

Tu esposo es piloto de la Fuerza Aérea del Perú, ¿cómo lo conociste?

Por mi hermano, era amigo de la familia. Tuvimos prácticamente cuatro años de enamorados a la distancia, porque él se fue a vivir a Iquitos.

¿Qué hizo que funcione?

La confianza y el respeto. Cada uno hacía sus cosas, pero siempre nos comunicábamos. Además, a pesar de que tenemos trabajos distintos, nuestras chambas tienen similitudes: horarios complicados y viajes constantes. Ya nos acostumbramos.

¿Cómo te conquistó?

Es muy divertido y me hace reír mucho. También es sumamente detallista. Ya vamos a cumplir siete años de casados.

¿Qué sientes por él?

Cuando lo veo, todavía siento lo mismo de cuando estábamos de enamorados.

Luego de verte en pantalla, ¿qué te dice?

Hace poco se fue tres meses a hacer un curso en Italia y me veía por Internet. Me dejaba mensajes bonitos.

¿Qué otras cosas quieres hacer en televisión?

Me gustaría hacer producción, pero siempre ligada a las noticias. A mí me encanta la calle, la cobertura diaria y hacer despachos en vivo. La conducción también me agrada.

¿Estás en tu salsa siendo reportera?

Exactamente, ¡estoy en mi salsa!

¿Hay alguna cobertura periodística que te haya dejado impactada?

Los terremotos de Haití y Pisco. Me impacta el grado de destrucción y necesidad.

¿Qué te ha dado el periodismo?

La oportunidad de ver diferentes realidades y, en base a eso, crío a mis hijos. Por ejemplo, me fastidia que se quede comida en las ollas.

¿En el Perú siempre hay noticia?

Sí, siempre hay algo que cubrir, así sea feriado. Chamba nunca falta.

¿La noticia positiva que quisieras leer?

Que el índice de inseguridad en las calles se redujo a cero por ciento.