Por: Michael Livia

Álvaro Obando (33) es de esas personas que no creen en miedos ni límites. Él pertenecía a la Fuerza de Operaciones Especiales de la Marina (FOES) y realizaba paracaidismo y otras actividades de altura, pero su cuerpo y su energía le pedían cada vez más riesgo. Es por eso que decidió dejar su barrio en San Martín de Porres y viajar a los Estados Unidos, para practicar un deporte que lo llevaría al límite: ‘base jumping’, el cual consiste en realizar saltos que retan a la muerte.
Luego de prepararse durante un año fuera del país, Álvaro se ha propuesto convertirse en la primera persona en realizar esta actividad en Perú. Conoce su historia.

¿Cómo empezó toda tu aventura?
En la Marina. Yo pertenecía a la FOES y desde ahí ya realizaba saltos con paracaídas, ‘rappelling’ y otras actividades de ese tipo. Desde entonces sentí que mi adrenalina iba buscando experiencias cada vez más extremas.

¿Lanzarse de más de 2 mil metros de altura no es algo extremo?
(Risas) Al inicio, sí. Pero yo ya tenía más de 500 saltos y para mí era como manejar bicicleta con rueditas. Quería algo más extremo. Un día vi un video de ‘base jumping’ y el corazón me saltó a la garganta. Me dije: ‘Esto es lo que quiero hacer’.

¿Qué es exactamente el ‘base jumping’?
Es un deporte en el que te subes a lugares muy altos y te lanzas sin más. Como un acto suicida, pero con un paracaídas que te salvará de la caída a una distancia determinada.

¿Cómo te iniciaste en este deporte?
Cuando supe de esto, empecé a investigar. Me metí a foros y me topé con un colombiano que organizaba estas reuniones, pero ninguna era en Perú. Obviamente, se necesitaba hacer una inversión, porque había que tomar cursos fuera del país.

¿Y cómo hiciste?
En ese momento tenía mis ahorros para comprar mi carrito. Tuve que tomar una decisión: Adiós carrito (Risas). Aunque lo más difícil no fue eso, sino tener que conseguir la visa. ¡Fue un martirio! Felizmente me la aprobaron y viajé a Estados Unidos. No lo podía creer. Así empezó todo.

¿Nunca has sentido miedo al lanzarte?
No. He pasado sustos, pero solo por unos segundos.

¿Como cuáles?
En Estados Unidos existen mil lugares para lanzarse: puentes, montañas, aviones (a un precio menor de lo que cuesta acá) y antenas. Una vez subimos a una con un amigo y cuando estuvimos en la cima, sentimos que algo podía salir mal, porque llegamos cansados hasta arriba. Cuando salté, hice un mal movimiento, y al momento de abrir mi paracaídas, el aire me jaló hacia la antena.

¿Pasó algo grave?
Un rasponcito en el paracaídas, pero nada más.

De seguro quedaste en shock…
No, me subí y volví a saltar (risas). Solo fue un incidente, el susto pasa.

Y ahora tu objetivo es realizar todas estas hazañas acá en Perú…
Sí, quiero convertirme en la primera persona que realice ‘base jumping’ en nuestro país y quiero hacerlo de una manera espectacular.

¿Cómo?
Lo haré en el Red Bull Flugtag. Pero no como cualquiera. Me subiré en un parapente a motor, con un piloto, hasta llegar a una gran altura, y luego me soltaré en caída libre. Todos quedarán asombrados, van a ver.

Estás decidido a sorprender a todos…
Por supuesto, esa era la idea de prepararme tanto tiempo afuera del país.