1.- Los maltratos solo meterse.
FALSO: Maltratar no es ‘hacer bromas’. Cuando el estudiante sufre a consecuencia de la violencia, ya no se trata de diversión. Los adultos deben intervenir.
2.- La víctima se lo busca, se lo merece.
FALSO: Nadie merece ser víctima de algún tipo de maltrato, sea cual fuere su conducta o condición.
3.- El maltrato forma parte del crecimiento, imprime carácter.
FALSO: Aprender a afrontar las adversidades forja el carácter, pero el maltrato convierte a las personas en desconfiadas, ansiosas, aisladas, etc.
4.- La mejor manera de defenderse es respondiendo de la misma forma.
FALSO: Devolver una agresión refuerza la idea de la violencia como único medio aceptable para resolver los conflictos. En muchas ocasiones, la reacción violenta de la víctima sirve de pretexto para que sufra mayores agresiones.
5.- El maltrato es ‘cosa de chicos’.
FALSO: Entre las chicas también existe el acoso y maltrato, siendo la agresión indirecta la más utilizada (excluir, difundir rumores,
etc.).
6.- Solo agreden los chicos que viven en barrios marginales.
FALSO: Está demostrado que el maltrato se da en las instituciones educativas
al margen del nivel socioeconómico.
7.- Las víctimas son personas débiles.
FALSO: Cualquiera puede ser víctima en un momento dado. Cualquier diferencia, con que el grupo discrepe y no tolere, puede convertir a un estudiante en objeto de agresiones como usar lentes, tener una cicatriz visible, orejas grandes, ser de provincias y ser muy aplicado, entre otras.
*8.- Cuando los chicos se pelean ‘es mejor no meterse’ y mantener una
posición neutral.*
FALSO: Ante acciones de maltrato o acoso no hay posiciones neutrales. El observador (estudiante en cómplice.
9.- Hay que castigar a los niños que agreden para que dejen de hacerlo.
FALSO: El castigo no es la opción más eficaz. Puede generar un sentimiento de injusticia, que hará que el agresor busque venganza.
10.- Solo la víctima necesita ayuda.
FALSO: La víctima, tanto como el agresor, necesitan ayuda y más aún se debe
extender hacia los observadores pasivos por su falta de solidaridad. Todos estos mitos aún se siguen creyendo, pero debemos eliminarlos por el bien de nuestros hijos. Tenemos que hablar de este tema con los chicos, ya que si lo desconocen, ellos no lo van a identificar como agresión.