La falta de afecto y cariño que pueden sufrir algunos niños, no solo tiene importantes efectos a nivel psicológico, sino también a nivel fisiológico, perjudicando su crecimiento y desarrollo. Es así que los chicos maltratados, desatendidos o abandonados por sus padres, suelen ser más bajitos.
El doctor Carlos del Águila, de Pediatras Asociados, señala que la hormona del crecimiento se segrega en función de una sustancia estimuladora (GHR) y de otra inhibidora (somastatina).
“La correcta armonización de ambas permite una normal secreción de la hormona del crecimiento”, dice.
Sin embargo, se ha demostrado que en muchos niños con falta de afecto predomina la cantidad de secreción de somastatina y, por tanto, la GRH actúa en mucha menor cantidad.
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Por ello es importante que los padres brinden comprensión, ternura y dulzura a sus hijos. Ellos necesitan ser escuchados y valorados, sentir el reconocimiento paterno y familiar ante las acciones bien realizadas, en definitiva, ser amados.