Por: Milagros Laura
Lo opuesto a una piel suave como la seda es una epidermis endurecida, escamosa, de tonalidad rojiza y con sensación de picor constante. Es la psoriasis, un mal invasivo que afecta a unas 125 millones de personas en todo el mundo, y a 500 mil en el Perú.
La doctora Lourdes Galliani, especialista en dermatología y medicina interna del Complejo Hospitalario San Pablo, explica que este mal se produce porque los linfocitos T, células de la sangre para la defensa del organismo, se activan de manera indebida. “Esta activación produce un aumento del diámetro de los vasos sanguíneos de la piel (vasodilatación). Además, desencadena una proliferación de las células de la capa inferior de la epidermis, motivo por el cual aparecen escamas blanquecinas y se produce una descamación exagerada en la piel”.
CONSECUENCIAS
Las lesiones que provoca la psoriasis se presentan comúnmente en áreas del codo, rodillas, piernas, cuero cabelludo, las palmas de las manos y rostro. Incluso, en las zonas íntimas. Además, tiene un impacto destacado en el bienestar psicológico y social de los pacientes, “produciendo en ellos cuadros depresivos, aislamiento, vergüenza y hasta ideas de suicidio”.
DETONANTES
En muchos casos, este mal responde a un antecedente genético. Pero otros detonantes pueden ser las infecciones mal curadas de la piel, el estrés o tensión psicológica, y la falta de cuidado de la piel durante los cambios de clima, dejándola vulnerable al mal.
TRATAMIENTOS
Existen diversas opciones de tratamientos: desde ungüentos, cremas y champús para la piel (llamados tratamientos tópicos), así como pastillas o inyecciones. Incluso tenemos la fototerapia, con la cual se expone cuidadosamente la epidermis a la luz ultravioleta. Seguir uno de los tratamientos mencionados dependerá del diagnóstico del doctor.
Puede tratar la psoriasis desde casa, tomando un baño o una ducha diaria. Mantenga la piel limpia y húmeda. La relajación y las técnicas antiestrés pueden servir. Evite no frotarse con demasiada fuerza, esto puede irritar la piel y desencadenar un ataque.