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Beto Ortiz

Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila

Para leer esta entrevista deje los prejuicios de lado, también esa hipocresía con la que muchas veces convivimos los humanos. Lea, cuestione, acepte, rechace, pero analice. Una charla con Beto Ortiz jamás pasará por la frase convencional o la respuesta elaborada. Se apoyará en la afirmación sin medias tintas, esa que puede remecer, pero que no termina haciendo daño, sino abriendo los ojos. Hoy, el autor de ‘Nosotros matamos menos’, está ‘afilado’ o, mejor dicho, como siempre.

Beto, ¿tu vanidad te da para pintarte las canas?

No. Un hombre con canas es interesante y una mujer es una vieja, ja, ja, ja.

En serio, ¿te las vas a teñir?

No, así les gustan a las chicas.

Si ellas no te interesan…

Pero dan rating.

‘Sembrar un árbol, escribir un libro y un hijo’, se dice que es la felicidad completa. Te faltan dos.

He escrito ocho libros, creo que eso me exime de las otras dos.

¿Te frustra no tener un ‘heredero’?

¿Por qué debe dar pena una persona que no se reproduzca? No soy un banco de semen. Decir que es frustrante, es una gran cojudez. ¿Sabes qué es más triste?

Dime.

Tener hijos y dejarlos tirados o condenarlos a vivir en un ambiente de hambre o violencia.

El músico Daniel F alguna vez afirmó: ‘Un niño es hermoso de pequeño, pero después crece, conoce vicios, va a las barras bravas’.

O también puede volverse congresista y eso es peor.

¿Tan pobre te parece un político?

El hampa ha contaminado a la política o no sé si viceversa, pero lo cierto es que conviven. En las próximas elecciones habrá candidatos cuyas campañas serán pagadas por el narcotráfico.

¿Todos están manchados?

El gran negocio es candidatear. Hay quienes están literalmente incinerados, pero vuelven a postular, porque varios mafiosos le van a dar dinero. Su negocio es llenar sus bolsillos. Es un lavado mutuo.

Si así opinas, imagino que en el amor también eres apasionado y hasta ‘meloso’.

Soy malagracia.

Te ‘vendes’ como chico malo…

A veces eso puede funcionar más.

Estoy seguro que tienes tu lado tierno.

Trato de no ser cursi.

El amor a todos nos saca de la realidad.

Es un grado de idiotez y muchas veces no te das cuenta. Es igual a cuando te drogas. Estás en ese estado, pero no eres consciente.

Eso quiere decir que sí te sale el ‘romántico escondido’.

Sí, tampoco llego a recitar poemas del chileno Pablo Neruda o Mario Benedetti, ahora que lo han puesto como una especie de un clásico de ‘San Valentín’.

Don Mario fue un rebelde.

Contestatario. Igual pasó con Óscar Wilde, el escritor irlandés del que tengo una especie de fijación. Fui a su tumba en París y vi que estaba cubierta de besos de lápiz labial de mujeres. No saben que les hubiera dicho a ellas que le presten el colorete.

¿Fiel?

El tiempo que pueda aguantar.

Un soñador te diría: ‘¿Tan grande es tu corazón que puedes amar a varios seres humanos a la vez?’

Yo no amo con el corazón, sino con el cerebro.

Hace un rato nombraste a Óscar Wilde, quien afirmó: ‘No existe la modestia, sino la falsa modestia’. ¿Te sientes el mejor?

No lo soy, pero sí tengo mal genio, ja, ja.

En serio, ¿no te crees brillante?

Los peruanos tenemos miedo de decir que somos buenos en algo, complejo de poquita cosa. Te regalan un reloj de diamantes y dicen: ‘perdona la pequeñez’, luego servimos un plato de locro con huevo y pedimos disculpas también. Siempre pedimos perdón y eso se aplica en el deporte.

¿Cómo?

Pienso que en Seúl 88, nuestras voleibolistas perdieron porque no se la creyeron. También reconozco que hemos mejorado. Hoy Coca-Cola publicita sus comerciales junto a un plato de anticuchos.

¿Esa filosofía nos hace daño?

Todos sabemos que Diego Maradona es el más grande coquero del mundo, pero en su país es Dios y todos lo cuidan. Acá Vargas Llosa sale elegido Premio Nobel y salimos con que es español. Huevadas siempre estamos buscando.

Los jóvenes peruanos han demostrado que tienen coraje.

Sí. Cuando salieron a rechazar esa mal llamada ‘Ley Pulpín’, que es una manera infame de calificarla. Me gusta que nuestros jóvenes no sean rebaños y salgan a decir que si el Perú está creciendo, que a ellos también les llegue ese crecimiento.

Aún no me respondes quién es Beto Ortiz.

Soy un buen reportero. Que ha escrito libros, dirigido un programa de concurso, también he dado clases en una universidad, pero no son las actividades que me definen.

¿Y un heroico periodista?

Nuestra profesión está llena de pobres diablos. Si te quejas que no descansas feriados, tampoco domingos, entonces para qué escogiste esta profesión. Es como un cirujano diga por qué me salpica la sangre. No puedo con los colegas llorones que se sienten héroes.

Pero pasa, te puedes considerar un mártir alguna vez.

Cuando fui a cubrir la guerra del ‘Cenepa’ sentí que estaba yendo a Vietnam o a la Segunda Guerra Mundial. Me sentía legendario, épico. Pero allá llegaron unos corresponsales de guerra y se fueron rápido porque para ellos no era una guerra, sino una escaramuza.

¿Te casarías o convivirías con alguien del gremio?

Nunca tuve de pareja a alguien que ejerza la misma profesión. Qué feo, tendrías que levantarte escuchando Radioprogramas, haces el amor viendo ‘Canal N’. No pone.

Tu último libro ‘Nosotros matamos menos’ es una frase que se vio superada por ‘Roba, pero hace obra’.

Parece que la gente ahora estuviera apostando por los ladrones laboriosos.

En toda esta conversación encuentro a un tipo libre, nada prejuicioso, ¿pagas por amor?

Lo que compras es sexo.

¿Y has gastado mucho?

No lo suficiente como para que se vea afectada mi cuenta bancaria.

Solitario, hijo único. ¿Jugaste fútbol?

En el garaje de la casa de mi primo, arquero jugador, o sea uno contra uno. Es lo que recuerdo.

Tampoco tienes pinta de bailarín.

Me encanta bailar, pero no en televisión. Tengo dos reglas de oro en la televisión: ni bailar ni llorar.

¿Te gustan los selfies con la gente?

No me incomoda, pero sí me molesta que se piense que soy ‘Barney’ y no te dicen nada, te abrazan, se hacen la toma y se van.

¿Cuál es tu gran proyecto este 2015?

Todas las semanas estamos en un taller literario en la cárcel de ‘Ancón 2’, para jóvenes que gustan escribir y están contando sus historias. La ideas es construir la biblioteca del penal y editoriales como ‘Crisol’ y ‘Planeta’ me donan libros. También la Editorial San Marcos que me ha entregado 100 ejemplares de mi libro ‘Mis queridos vándalos’.

Ahora sí te dejamos tranquilo y solo preguntamos para despedirnos: ¿Lees Trome?

Todos los días, está dentro de los cuatro diarios que repaso. Además, es conocido como ‘La Biblia’ en los programas de televisión. Para estar conectado con el gusto del pueblo, debes leerlo.

Antes de poner la pausa a la grabadora, recomiendo que repase la cita del escritor español Ángel Ganivet, que nos ilustrará sobre el hombre con el que conversamos. “La sinceridad no obliga a decirlo todo, sino a lo que se diga sea lo que se piense”.