Tulio Loza: "Quiero vivir cinco años más"

El ‘Cholo’ más querido de todos los tiempos de la farándula, vive intensamente.

Redaccion Trome

Por: F. Dávila

Pocas veces uno puede conversar con un elegido, con un ser distinto. En contadas ocasiones, uno tiene al frente a una leyenda que es diferente a las otras. Porque este hombre jamás baja la guardia ni la depresión lo ha podido cercar, ni siquiera amenazar. Siempre optimista, reirá pese a que narre situaciones complicadas. Este es Tulio Loza, el serrano que nos representa a todos los que tenemos raíces del interior, el que se pone cara a cara con quien quiera, así sea el más pintado o la misma muerte.

Prepárese, creo, humildemente, que pocas veces ‘Camotillo’ se sinceró de tal manera y también estoy convencido, que casi nunca se puso tan dramático con una sonrisa en los labios.

Tulio, ¿cómo te imaginas el futuro?

Quiero vivir cinco años más como máximo.

¿Y después?

Sería bueno morir con un infartito o en un accidente de avión. No quiero que me descubran un cáncer.

¿Y si pasara?

Me mato. No deseo que me estén ayudando a cag…, orinar y no pueda hacer el amor.

La muerte casi siempre nos llega de la peor manera.

Por eso, no quiero envejecer y no depender de mí.

Quizá te gustaría fallecer haciendo ‘cositas ricas’.

Tampoco, no quiero pasar lo que le sucedió a un buen amigo.

Cuéntame la historia…

Se fue a un hotel con su amante y le dio un infarto encima de ella. Su esposa tuvo que pasar la vergüenza de recogerlo en ese lugar.

Siento que una de tus preocupaciones es perder tu capacidad sexual, ¿estás al día?

A mi casa viene interdiario una chica. Tengo mi ‘harem’.

¿Vienen varias?

Son cuatro, porque si tengo una sola, esa chica va a creer que es matrimonio.

¿Edad?

Base dos, porque más de 30, ya son antiguas para mí.

¿Tomas Viagra?

No. Hace un tiempo me compré la más barata. Usé un cuarto de la pastilla y no sabes cómo funcioné. Desde allí no la dejo, porque viene cada ‘toro’ que debo esperarlo preparado.

¿Siempre diste la hora con las mujeres?

Toda la vida. En la universidad, si no estaba con una de mi clase, estaba con la del otro salón.

¿Alguna vez ‘rebotaste’?

Sí, cuando estudié Derecho en San Marcos y teníamos de rector a Luis Alberto Sánchez.

¿Te arrochó?

Es que yo quería ‘volteármela’ y me paró: ‘No puedes, porque a quien quiero voltear es a don Luis Alberto Sánchez’.

¿Qué aprendiste allí?

Que a las mujeres les gusta la billetera gorda, el pintón o el varón intelectual.

Ya que mencionaste tu época universitaria, ¿con cuántos famosos compartiste carpeta?

A veces se sentaba a mi costado Alfredo Bryce Echenique. Era un enfermo de la timidez. Los compañeros me decían que lo vacile, que lo joda.

¿Y…?

Lo agarraba de huev…, ja, ja. Eso sí, llegaba bien plantado, con su ropa elegante y con un Peugeot convertible.

¿Era ‘chupado’?

Claro. Un día me confesó y pidió: ‘Tengo un problema. Hay una chica que me gusta, pero no sé cómo hablarle. La veo pasar, me sonríe, pero no sé cómo acercarme. Ayúdame a conocerla’.

¿Lo apoyaste?

Hice que Mister Bryce me recoja en mi casa y nos detuvimos en la puerta de la Universidad. Cuando apareció la muchacha, me bajé del auto y me acerqué: Señorita, por favor, podría acercarse donde mi amigo…

¿Aceptó?

Sonrió, me dijo que se llamaba Violeta y los dejé solos. Bueno, en resumen, lo inicié en el arte de amar.

¿Y ya escribía cuentos?

Cuando acabamos la carrera, compré ‘Un mundo para Julius’ y quedé sorprendido cómo escribía. Es que en la universidad nunca dio muestras de ser escritor.

¿Otro intelectual?

Alfonso Barrantes Lingán, que fue alcalde de Lima en 1983. Se hacía jalar para seguir haciendo vida política.

Intuyo que, en tu lecho, han desfilado más mujeres que las que tuvo Julio Iglesias.

Sí, y es por prescripción médica. Un doctor me dijo que músculo que no se usa, se anquilosa (atrofia) y le hago caso.

Entonces, te nombramos el ‘Julio Iglesias’ peruano.

No, no. Una vez llegó al Perú y yo tenía mi programa en televisión. Lo entrevisté y el cojudo era cojo para caminar y medio huev… Él querrá ser como yo.

Trabajaste en Argentina con figuras como Susana Giménez y Moria Casán, ¿es cierto que con la segunda tuviste un ‘choque y fuga’?

Nos tuvimos mucho cariño desde el primer día que nos vimos.

¿Fueron al cuarto a expresarse ese afecto?

No me acuerdo, ja, ja, ja.

¿Infiel empedernido?

No chupo, no fumo, nunca me drogué. Mi vicio es hacer el amor.

¿En esa alcoba durmieron ‘Todas las sangres’?

No. Para el sexo, soy discriminador… solo blancas.

Un día te metiste desnudo al jacuzzi con Susan León.

Esa fue mi condición para ir a su programa: ‘Voy solo si nos metemos sin ropa’. Y reventamos el rating.

¿Te excitaste?

No, porque ya tenía la experiencia de Argentina, donde hice una toma en la cama y, al ver a una mamacita a mi lado, me erecté y el director se dio cuenta y me salvó: ‘Tulio, ¿no tienes ganas de ir la baño?’

De tus tiempos, una de las mujeres más deseadas era ‘Camucha’ Negrete…

Era impresionante, pero trigueñita, y yo solo avanzo con blancas. Si era un poquito más clara, la correteaba ja, ja, ja.

Fuiste el artista mejor pagado de tu tiempo, millonario.

Tenía tanta plata que abrí mi teatro ‘Cholíbiris’ y mi productora de cine. Hice dos películas y la llamada ‘Allpa Kallpa’, que denunciaba los abusos de los gamonales en la sierra, fue vetada el mismo día de su estreno.

Invertiste un montón.

Gasté casi todo mi dinero, pero la presentaron en el Festival de Moscú de 1975 y ganó. Me invitaron a Rusia y de varios países me la compraron. Recuperé todo y volví a tener plata.

O sea, regresaste adinerado.

Sí, pero al final mi mujer se gastaba toda mi plata. Se ganó el Premio Nobel de Química: un sol lo convertía en mierda, ja, ja, ja.

¿Te quitó mucho?

Se llevó el 70 por ciento de mis ganancias. Ella siempre fue muy codiciosa.

¿No te diste cuenta que era así?

Creo que inconscientemente me hacía el sonso para que no fastidiara y me deje hacer mis pendejadas.

¿Te molesta vivir sin plata?

El huev… se obsesiona por billete, los que hemos sido pobres sabemos que podemos conseguirlo.

Haciendo un repaso de tu vida, ¿te has enamorado?

No, porque hasta cuando me casé, lo hice creyendo que el amor iba a llegar.

¿Viste alguien en la televisión para esposa?

No, porque todas las que me rodeaban eran pend…

¿Y si ahora conoces una chiquilla y te ‘tiemplas’?

A esta edad si me enamoro, sería un huev…

¿Alguna te pide exclusividad?

Si se pone en ese plan, le abro la puerta para que se vaya y la dejo abierta para que entre otra.

A propósito, ¿no me has dado la fórmula para conquistar tantas mujeres?

No necesitaba de nada, estaba rodeado de ‘alcahuetes’ que los mandaba a preguntar por tal o cual chica y, si querían conmigo, volvían y me decían: ‘Listo, puedes sacar petróleo’.

¿Y salían al toque?

Les soltaba la pregunta: ¿Te puedo ver mañana? y solitas contestaban: ‘¿Y por qué no ahora?’

Confiesa, ¿con cuántas famosas te acostaste?

Son 15 y dos Miss Perú…

Muchos dirán y con base: ‘Tanta plata, tanto éxito y ahora duerme solo’.

Amo mi soledad, siempre la he buscado. Incluso, cuando estaba casado, dormía muchas noches en otro cuarto.

¿El mejor trago para acompañar una noche de pasión?

Jamás me voy a la cama con una mujer estando borracho. No disfrutas, hasta la puedes vomitar.

¿Los programas cómicos te gustan?

No, porque hay mucho figuretti y los contratan porque son más baratos. En cambio, en ‘Al fondo hay sitio’, todos son actores de verdad y por eso es un gran éxito.

Tienes que contarme un chiste.

Se decidió que en el ‘Congreso’ no debe haber baño, porque los congresistas no hacen ni m y todos esos servicios higiénicos los han trasladado al Poder Judicial, donde la paran cag…

Te encargaste de poner al cholo peruano en un lugar especial.

Cuando recién llegué a la capital, el cholo era sinónimo de ratero, vago, bruto, pero yo demostré que puede ser inteligente, pendenciero, sin dejar su esencia. ¿Sabes qué fue lo mejor?

Dímelo.

Que conmigo se sintieron identificados el andino, tumbesino, talareño, todo hombre del interior marginado en la capital. Y cada frase tenía un significado.

Te autodefinías: ‘Soy un cholo de acero inoxidable’

Significaba: ‘No me jodas, soy macho’.

En este repaso por tu vida, hablando de tus mujeres, las que tuviste y las que tienes, fácil van a decir que ya eres un ‘viejo verde’.

Se equivocan, no soy nada de eso. Lo que tengo es juventud acumulada.

Permíteme un abrazo y apretón de manos, no siempre se puede tener tan cerca a un ‘Hombre de bronce’.

Soy un cholo sencillo y así tienen que ser todos. Este indígena es humilde, de barrio y jamás va a cambiar. No como esos huachafitos que con 15 minutos de fama se creen lo máximo.

A nombre de los lectores de Trome, quiero agradecerle desde ya esta entrevista.

El Trome, mi engreído, que nunca puede faltar en mi casa. Piensan como el pueblo y por eso el pueblo lo sigue.

Me contó unos chistes rapiditos, de esos que le salen sin esfuerzo. Me dio un apretón de manos, se despidió como lo hacen los varones de bien y se me hinchó el pecho de orgullo: Había conversado con Tulio Loza, un pedazo de historia viva de este Perú.