Denisse Fajardo: "Ahora soy feliz"

Ni los 40 puntos de rating ni la belleza de la actriz Alana La Madrid han podido superar a la verdadera Denisse Fajardo. La señora ya no es la chiquilla que nos hinchaba el pecho de orgullo, pero sigue tan guapa como en sus mejores tiempos y su alma parece salir de su cuerpo cuando habla de lo que le tocó vivir y vive en la actualidad. Casada, feliz y con penas que todos siempre llevamos. Tan humana, pero tan “leyenda” a la vez.

Pasa el tiempo y el pueblo no las olvida. La serie “Matadoras” rompe en el rating.

Es que la gente sabe que nos dimos íntegras. He vivido cosas maravillosas. Cuando llegamos a la final en el Mundial de 1982, que jugábamos en el “Amauta”, todos los partidos salíamos y los hinchas movían el bus que nos trasladaba. Parecía que lo iban a voltear y yo era tan chiquilla que me causaba emoción y risa.

¿Te agrada cómo te representa tu clon en la serie?

Sí, pero me gustaría que no olviden que no es exactamente la vida de nosotras, hay cosas que se han recreado. Lo exacto es que dimos todo para alcanzar nuestras metas.

¿Todavía recuerdas tu primer entrenamiento con la selección?

Claro, me habían llamado a la pre y yo estaba superemocionada, muy orgullosa. Lo gracioso fue que cuando aparecí en las prácticas me encontré con un mar humano, es que éramos 300 las convocadas, ja, ja, ja.

¿Desde esa edad, 14 años, ya tenías buena talla?

Claro, en mi barrio me decían la “Pantera Rosa”. Flaca, estirada, encima en su trabajo mi mamá tenía a ese muñequito como símbolo.

Algunos creen que hoy les hubiera sido más complicado jugar a nivel mundial.

Si las demás eran gigantes. Las rusas eran unas torres y las europeas igual. Y siempre ganábamos.

¿Qué te quitó el vóley?

Los viajes de promoción, las fiestas de fin de semana. Aunque mis 15 años sí los celebré, me puse un vestido celeste y unas botas azules. Es que las quería estrenar y no me importó si se veían bien o mal.

Más allá de una medalla, ¿cuál es tu máximo orgullo en el deporte?

Que desde los 16 años siempre fui titular. Recuerdo que chibolita me mandaban a dormir con Anacé Carrillo. Tenía que portarme tranquila.

AFRICA LOOK DE MODA

Cecilia Tait ha grabado su nombre en el “Salón de la fama”, Gaby también está voceada. ¿Y tú tendrías lugar allí?

Huuummm, no olviden que en el Mundial del 82 fui titular y con 17 años jugué una final del mundo. Éramos un equipo. Sería malo decir que fui la mejor o la segunda. Si supieras los roces que teníamos.

¿Qué?, ¿se odiaban?

No es la palabra adecuada. Estar tantos días concentradas generaba encontrones entre nosotras. Hubo partidos memorables que ganamos cuando habíamos entrado a la cancha peleadas. Allí se nos pasaba todo y una victoria servía para amistarnos.

¿Natalia Málaga manejaba esa boquita de caramelo?

Para nada, ella contaba chistes, no renegaba. Pero ser entrenadora seguro la obliga a poner el carácter más fuerte.

Hoy todas las de tu época se han laciado, antes eran puro “Africa Look”.

Era la moda de esos tiempos. Ahora ya es otro estilo. Nos quedaba bien a todas, ¿o no?

¿Y quién era la que jalaba más miradas?

Sonia Heredia, que era chinita, formadita.

¿Y la que gastaba más en ropa en los viajes?

Todas teníamos manías para comprar nuestras cosas. Soy fanática de la buena marca, pero recién lo pude hacer cuando me contrataron en Italia. Te aseguro que tenía una tarjeta dorada y la dejaba plateada, ja, ja.

EN EL NOMBRE DE LA MADRE

Pero eres de barrio popular, Tahuantinsuyo, en Independencia, todo te costó el doble.

Ocurre que mi mamá trabajaba en una lavandería famosa y ganaba un sueldo que permitía que yo viva tranquila. Ella fue madre y padre.

¿Y tu viejo?

Me dejó a los dos años. Un día con mi mamá y sus compañeros de trabajo fuimos de paseo a la “Portada del sol” en Chosica y se apareció allí...

¿Y qué pasó?

Un señor me pidió: “Por favor, ¿puedes llamar a tu mamá? Dile que de parte de “Lolo”. Le avisé y la vi sorprendida. La acompañé, se saludaron y me lo presentó: “Es tu padre”.

¿Te dio bronca?

Nada. Solo dije “hola” y me fui. Tenía 11 años y mi mundo era mi madre Victoria y mi abuelita Peregrina. ¿Qué sentimiento me podría provocar un señor que no conocía?

¿Y se volvieron a ver?

Cuando ya era famosa. Un día fue al entrenamiento, me invitó a su casa y no acepté. No me provocaba nada y mi mami me pidió que vaya, porque finalmente era quien me trajo al mundo. Y accedí. Se enteró que me encantaba el arroz con pollo y lo preparó. Conocí a su señora y sus hijos, que eran mis hermanos. Ni odios ni cariño. La verdad que jamás lo quise.

Es increíble que solo con el esfuerzo de tu mamá hayas llegado tan lejos.

Siempre estaré agradecida con ella. Cuando me contrataban en algún país siempre especificaba en mis contratos: sueldos y pasajes para que ella vaya cuando quiera visitarme. La extraño. Ella falleció de cáncer y todavía la recuerdo. La cremé y sus cenizas las tengo en casa. Cuando ando triste, me acerco y converso con ella.

CLUB DE LAS DIVORCIADAS

Todo bien, aunque contigo se cumplió eso de “afortunada en el juego, desafortunada en el amor”.

La mayoría de ese equipo nos casamos con futbolistas y al 99 por ciento nos fue mal. Después rearmamos nuestras vidas y somos felices. Soy una mujer realizada, pese a que me engañaron.

En defensa del “Pato” Cabanillas podría decir que la pareja debe estar junta y ustedes vivían lejos uno del otro.

Mentira. Cuando uno ama debe respetar y, como no lo hizo, me vine a divorciar y punto. Con la infidelidad no tengo vueltas que dar. Me engañaste y ¡chau!

Cecilia Tait me contó que sufrió de muy chiquilla por un narizón…

Ja, ja, ja, pues a mí no me tocó tanto así. Nunca me chotearon los chicos que me gustaron, ya que siempre me dieron bola.

En la vida has conseguido todo, ¿solo te falta tener un heredero?

Perdí una criatura de dos meses de embarazo con mi anterior esposo. Hoy, con Juan Castagnino, lo buscamos todos los días y ojalá sea una niña, es que ya tenemos un hombrecito de mi actual pareja, lo conozco desde los 5 años.

¿Y a qué te dedicas?

Con mi esposo hemos abierto una tienda en el centro comercial “El Trigal”. Se llama “Impacto Sportz” y sigo trabajando en la formación de menores desde mi academia.

Gracias por esta charla que más parecieron tus confesiones.

Me da gusto hablar de todo lo que pasó. Nunca fui otra cuando me convertí en famosa. Uno no siempre va a tener una sonrisa para la gente, pero lo importante es no cambiar con tu familia ni tus amigos de verdad.