Asegura que los jóvenes se le acercan porque la ven sexy y la afanan.
Por: F. “Vocha” Dávila
De la chica linda de los 80, que era la obsesión de los adolescentes, quedan sus ojos, su cuerpo espectacular, su sonrisa amable y pícara que invade el alma, como si el tiempo se hubiera detenido en esta bella mujer. Lima está friolenta, la gente a las 6 de la tarde se apura rumbo a casa, pero al ver a Giovanna Vélez caminando por el centro de la ciudad, se detiene, la observa y se hacen la clásica pregunta: ¿es o no es? Hasta que un audaz grita su nombre, todos murmuran y lanzas loas a su anatomía. Instante preciso para iniciar una charla abierta sin prejuicios.
Te veo plena, como si los años no hubieran pasado en ti.
A los 45 años y con una nieta, me siento lista para enamorarme.
¿Eres una abuelita sexy?
Yo tuve mi hija a los 14 años, muy chiquilla. Ahora ella es mamá y, cuando vamos por la calle, creen que es mi hermana y hasta me mandan piropos.
¿Más que a ella?
Sí, porque no he perdido mi estilo de vestir. Muy juvenil, los jeans apretaditos, polos sensuales y mi hijita es más deportiva.
¿Los hombres siguen volteando a mirarte?
Claro, les sigo gustando. Y a decir verdad, más allá que conservo mi cuerpo, mis piernas, siempre dirigen su mirada a mi rostro, a mis ojos.
¿Y solo los de tu edad?
Los chibolos más que nada. Se acercan, me conversan y hasta me invitan a salir. Quizá dirán qué abuelita para sensual, ja, ja, ja. Pero no, ahora deseo alguien con quien nos transmitamos seguridad.
¿Y has salido con menores?
Alguna vez, aunque claro, no de una marcada diferencia. Uno o dos años.
¿“Puchungo” es más chibolo que tú?
Sí... por dos años. Ya sabía que ibas a preguntarme por él.
Es que fue un romance muy famoso.
Claro, como los iniciadores de la nueva era de futbolistas y vedettes. ¿No? La verdad, todo se dio sin querer y por casualidad.
Cuéntamelo todo.
Es que un diario de esa época me pidió para hacerme una foto con Juan Carlos Oblitas, que jugaba en Universitario. Acepté con mucho gusto y, cuando llegué, me di cuenta que estaba Alfonso. Me cayó bien, me hizo reír mucho y empezó todo.
Él asegura que iba a verte al teatro con su mamá.
Seguro. Si lo dice, digamos que es verdad.
Y también que se separaron por mutuo acuerdo y no por alguna pelea.
¿Ya se borraron las huellas de mis “cachitos” en la frente?, ja, ja, ja. Dejemos que la historia sea como la contó.
Pero sería bueno escuchar tu versión.
Nos llevábamos bien, pero bueno, éramos muy jóvenes y cada uno antepuso sus proyectos.
¿Te engañó?
Digamos que ya no nos amábamos y, cuando surge aquello, lo mejor es alejarse.
Es un tipo muy divertido.
Sí pues, todo lo toma a la broma y eso no siempre es bueno. Ser maduro también es importante.
¿Te llevó a Lazareto?
Claro. Conocí muchos lugares del Callao, incluido su barrio, su familia. Es un chico muy querido y amiguero.
¿Estás enamorada?
No, pero estoy dispuesta a amar y mi corazón está abierto para quien encuentre la llave.
¿Algún requisito?
Solo que me respete y eso incluye que entienda cuál es mi trabajo.
¿Y qué va a encontrar él?
Una mujer en toda su plenitud, llena de experiencia, que lo hará sentir realizado en todos los campos.
¿Tierna como una abuelita?
De hecho. Pero tampoco soy una abuela que a todo dice sí, ¿ah? Tengo mi genio y engrío, pero no le hago sus caprichos a nadie. Eso tenlo por seguro.
¿Miami o Lima?
Por amor me fui a Estados Unidos, siguiendo al hombre que me enamoré y mira que estaba en mi mejor momento. Así soy cuando amo y ahora que se acabó, he regresado. Ya no quiero estar yendo y viniendo, sería lindo estabilizarme en mi patria.
Bienvenida y que aparezca el amor, la estabilidad y que nunca más dejes el país.
Todo se dará a su tiempo, ojalá se pueda conseguir todo eso. Ahora que saldré en Trome, ten por seguro que todo el país se va a enterar mis sueños y proyectos, quizá allí aparezca el galán, ja, ja, ja.