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Lunes 27 de junio del 2011 | 10:44

Joel Pinto está más feliz que nunca

El arquero del Inti Gas y la modelo Klaudia Benavente serán padres en cinco meses.

Por: Fernando “Vocha” Dávila

¿Usted se imagina a un futbolista tímido? ¿Alucina a un muchacho acostumbrado a jugar en estadio repleto de fanáticos, temblándole las piernas ante una chica? Aunque usted no lo crea, existe y no tiene problemas en contarlo. Responde al nombre de Joel Pinto y es golero del Inti Gas. “Nunca he sido mandado con las chicas. Ellas siempre han dado el primer paso hasta para ser amigos. Solo tuve una o dos enamoradas antes de mi novia”, comenta sin pudor.

La modelo Klaudia Benavente de 21 años, 10 menos que su amado, perteneció al elenco de bailarinas de “El reventón de los sábados” y relata el flechazo. “Lo conocí a fines de diciembre del 2010 en una discoteca de Miraflores, un amigo en común me lo presentó. Me gustó su porte, lo educadito que era, pero ¿puedes creer que esa noche casi ni bailamos y ni el teléfono me pidió?”, recordó. La charla se caracterizó por una imagen: siempre tomados de la mano. Ella estudió modelaje, fue Mis Playa 2010 y los flashes no la asustan. “También salimos a comer a Miraflores con amigos, contaba sus chistes y a mí me seducía su forma de ser, pero jamás tomaba la iniciativa. Pensé que no le atraía nadita”, asegura.

Estaba totalmente equivocada, ya lo tenía cuativado a su galán. “Desde el primer instante me gustó, yo contaba anécdotas porque quería hacerla reír, me pulía para arrancarle una sonrisa. Al amigo que nos presentó lo sondeaba si tenía pareja, pero no iba más allá”, confiesa.

Como toda mujer de armas tomar, decidió “matar o morir”. “Fuimos a una discoteca de la avenida La Marina y un tipo me observaba descaradamente. Él lo miró desafiante y se hizo el loco. Me di cuenta que era el momento y, sin medias tintas, me declaré: Sabes, tú me gustas“, revela sin prejuicios.

Joel interrumpe. “Me dejó en el aire y, como no sabía qué decir, pregunté: ¿Estás segura?, ja, ja, ja”, agrega.

Se apagó la música y aquella madrugada parecía que solo era una aventura, un “choque y fuga”. “Nos dimos un beso, luego me llevó a mi casa y un tiempo no nos vimos. Solo nos comunicábamos por teléfono, hasta que tuve que recordarle que éramos enamorados y nos comportáramos como tales”, indica ella.

Él asumió su rol de hombre y le dio su lugar. Quería compartir el mayor tiempo con la chica que lo había conquistado. “Estaba muy enamorado y la invité a Ayacucho. Estuvo algunos días y se puso malita cuando regresó a la capital. Pensé que eran los estragos de la altura y, viniendo a Lima, casi 15 días después, la busqué”, sostiene.

Se preocupó por su salud. La subió a su auto para ir a descartar cualquier enfermedad. “Me llevó a la clínica y salió algo que no teníamos planeado: estaba embarazada. Nos alegramos y, a la vez, tuvimos miedo. Soy hija única y mi mamita lo podía tomar de la peor manera”, aclara.

Así como fue un amor a primera vista, también fue un embarazo al primer contacto. “Muchos pueden creer que quise asegurarla para mejorar la raza, pero nada que ver”, subraya.

Venía lo bravo. Lo más complicado. Afrontar la situación y dar cara a la suegra. “Llegué a su casa, me senté en el sofá y Klaudia a mi lado. La señora me preguntó: ¿qué deseas? Empecé con el clásico: Debe usted saber que amo a su hija, que la quiero como nadie y, antes que siga, me frenó: “Ya dime de frente” y se lo conté todo. Nos recomendó que pensáramos bien las cosas”, recordó con los ojos llenos de emoción y ambos se besaron sin importar los “intrusos” periodistas. La “etiqueta” que cuelga en la espalda los jugadores no detuvo sus sentimientos. “Me advirtieron que estar con un futbolista es peligroso, nunca hice caso. Todos no son iguales y me sorprende lo tranquilo y hogareño que es”, asegura.

La confianza es la bandera de las relaciones duraderas. El respeto es el escudo. Pero siempre hay que caminar con la espada desenvainada. “Si decide vestir linda, coqueta, no me molesto, así la conocí y me encanta. Me jode que haya idiotas que cuando pasamos, voltean descaradamente. Aplaudo al que mira solapa. A varios payasos los ampayo y se chupan”, advierte.

No es exquisita. Sabe que uno de los requisitos para superar barreras y ser feliz es estar en las buenas y en las malas con tu pareja. En la opulencia y escasez. “Con él he aprendido a tomar emoliente de carretilla y cebichito de dos soles. No hay problemas, solo que sea rico y limpio. Y si en un restaurante el menú está delicioso, pido de 6 o 7 soles, ja, ja”, concluye.

Dentro de cinco meses nacerá el fruto del amor de ambos y le contarán como surgió su noviazgo y, si queda algo suelto, nos ofrecemos como testigos de esta gran pasión.