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Domingo 05 de septiembre del 2010 | 08:12

Chuiman: "Con mi esposa el amor renació"

El extraordinario “Peter” de Al fondo hay sitio se confiesa en su “lecho de muerte”.

Echado en su cama, en sus horas más críticas, Adolfo Chuiman es un ser humano tan mortal como cualquiera. No es el educado, pulcro y hasta adulón mayordomo “Peter” de la serie “Al fondo hay sitio”. Mucho menos la estrella, ni el divo de la televisión. Es un tipo bonachón, respetuoso, palomilla como “Papá”, audaz como “Avelino” e hincha fanático del Sport Boys. Allí, en pijama, se acurruca para abrir su corazón y, sin bostezar, comenta lo que nunca se animó a hablar.

Maestro, entre la vida y la muerte hay un paso. Tirado en su lecho, creo que es hora de confesar todos sus pecados. ¿Cuántas “canitas al aire”?

A mí nunca pudieron ni podrán descubrirme alguna porque me tiño el cabello.

Entonces cambio la pregunta, de tantas mujeres bellas con las que trabajó, ¿llevó “algo” para casa?

No puedo negar que me “gané” cositas, pero no seas sapo, tampoco.

Por culpa de esas “resbaladitas”, ¿durmió en la sala?

Nunca, siempre espalda con espalda. Hermano, puedes pelear, pero si eres marido y mujer, se duerme en la misma cama, como debe ser.

Hoy, los muchachos se separan en la primera bronca.

Es increíble. Los jóvenes solo piensan en convivir, ya nadie habla de matrimonio. Si los hacen firman un documento, donde se aclara que se unen con bienes divididos. Antes no podías sacarla de casa si no era de blanco.

Así llevaste a tu esposa al altar…

Sí, claro. Aunque cuando nos casamos, ella estaba fajada para que no se note su embarazo y la gente no hable.

¿Cómo se hace para mantener tantos años de matrimonio?

Uno no es tonto, sabe con quién duerme. No voy a creer que una chiquilla me busca por mí, cuando está claro que es por mi fama.

Si creyera eso, ¿sería un huevón?

Por supuesto.

¿Quién es así?

El “Cholito” de Matute. Creyó que se le habían enamorado cuando todos sabemos lo que pasó.

¿Te has reenamorado?

Claro. Con la llegada de mi nieto Luca renació el amor con mi señora “Pirula”. Él ha hecho posible eso.

¿Será artista?

Tiene todo para serlo y ya lo hice debutar en una presentación.

Y ya que seguimos en el tema de las mujeres, ¿pagaste por amor?

No. Mi primera vez fue con una chica mayor que yo. Era de mi barrio y me violó.

¿“Rebotaste” con alguna muchacha?

Jamás he sido “botado”. No me preguntes eso.

“Puchungo” es considerado el rosado más exitoso con el sexo femenino.

Que me perdone, yo he tenido muchas más.

¿Peleaste por alguna chica?

La verdad, fue al revés.

Confiesa, ¿le has pegado a una dama?

Hace muchos años, en Breña, me avisaron que a mi hermano lo estaban masacrando en una fiesta. Fui y vi que en mancha lo estaba agarrando. Me metí con todo y en eso siento que me agarraban del cuello y para zafarme metí un cabezazo para atrás y, cuando volteé, era una tía.

Me olvidaba de algo, ¿algún “falladito” en su currículum?

Jamás. Si las mujeres son tan bellas, no me explico cómo es que puede existir el tercer sexo.

¿Alguna vez consumiste cocaína?

La odio. No comprendo por qué toman y jalan si después no pueden hablar y se ponen a hacer muecas.

¿Te faltó ser presidente del Boys?

Fui dirigente, apoyé, pero para ser mandatario de cualquier equipo del mundo hay que ser millonario y no lo soy. Ten por seguro que si algún día me sobra dos millones de dólares, lo meto todo a la rosada.

¿Te faltó conocer algún ídolo de la “Misilera”?

A todos los traté y fueron mis amigos. Pero a quien más admiré fue a Walter Daga, el rey de los goles olímpicos.

¿Gritas todos los goles de la rosada?

Siempre, pero no me puedo olvidar la conquista con que regresamos a Primera el año pasado. Estaba actuando en Iquitos y me enteré que íbamos perdiendo. Ya no quería saber nada.

¿Y cómo te enteraste?

Era mi cumpleaños, sonaba mi teléfono y respondía, pero no preguntaba y nadie me decía nada.

¿En qué momento llegó la noticia?

Mi compadre “Felpudini” me llamó al celular y, cuando respondí, gritó: “Vamos Boys, feliz día”. Entendí que habíamos regresado y me puse a llorar.

Ya tienes que revelar tus secretos, ¿cómo nació lo de “Papá”?

En mi barrio, íbamos a los chifas y metíamos cabeza. Era el último en salir corriendo y nadie me agarraba.

¿Y?

Cuando conocí a “Machucao” estábamos misios y le dije: “Vamos a meter cabeza”. Como era nervioso, me advertía que eso era malo. Un día lo hicimos y lo mandé que huya primero y lo alcancé al ratito. Cuando lo miré, se emocionó: “Eres lo máximo”, entonces me salió la pregunta: ¿Quién soy yo? “¡Papá!”, respondió al instante y así nació todo.

¿Jugaste fútbol?

Sí, aunque era vago y no me gustaba entrenar. Antes de los partidos me metía mi “huasca” y jugaba movidazo. Dicen que era un buen delantero, punta de lanza.

Todos te vemos exitoso, ganador, ¿tuviste otras chambas?

Vendía toritos de cerámica en la puerta de la “Plaza de Acho” cuando había corridas, también fui canillita. Todo lo hacía para poder seguir trabajando en el teatro donde se ganaba poco, me apoyaba con esos “cachuelos”.

¿Ya tomas Viagra?

No, porque hay muchas formas de funcionar bien. Un buen “Andrea Bocelli” y todo solucionado. Pero si un día lo necesito, lo tomo sin problemas, ja, ja, ja.

¿Un buen chiste?

“Melcochita” siempre gritaba: “No vayan, no lo vean”. Ahora ha cambiado: “Noooo es mi hija”.

¿Ser famoso te libró de asaltos?

Hace años regresaba en mi carro de una presentación por el “Puente del Ejército”. Iba con dos bailarinas y en el semáforo se apareció un “choro”. Se me vino encima, y cuando me reconoció, me dijo que pase nomás, pero que me cuide. Como agradecimiento le di 20 soles y todo cachoso lo vacilé: “Toma, causa, para tu gasolina”.

Si muere Peter, varios van a lagrimear.

No te puedo contar lo que va a ocurrir, pero en la calle varios padres me traen a sus hijos en brazos y me piden: “Hazle un cariñito, cuando vio que te cayó el balazo lloraba y tuve que explicarle que solo era una actuación”.

Segundos antes de cerrar los ojos para siempre, ¿a quién le dirías “gracias”?

A mi “Señor de los milagros”, que me hizo un hombre perseverante para luchar por lo que siempre amé: la actuación.

¿Y a la mamita?

Por supuesto. Me da bronca cuando veo gente que maltrata a sus viejitas y le digo: Pobre idiota de mierda, te limpió la caca y ahora la gritas. Anda a las cárceles y verás que los hermanos, los amigos, van dos o tres veces, pero tu madre irá siempre hasta verte libre.

Después de tantas confesiones, tienes derecho a un pedido.

Mi familia ya sabe que el día que me vaya de este mundo me tienen que enterrar con la camiseta del Sport Boys.