La reconocida periodista nos presenta a su familia y nos revela como pasará las fiestas navideñas.
POR: VANESSA DÁVILA
Desde hace 24 años, Pilar Higashi Luy (40), la “chinita” del noticiero nocturno de ATV, no ha dejado de vivir la adrenalina que ser periodista de televisión le produce diariamente. Sin embargo, al dejar de lado las pautas noticiosas y regresar a casa pasada la medianoche, solo busca la compañía y el calor de su fiel compañero Carlos Mendiola Unzueta (46), un teniente coronel del servicio de Informaciones del Ejército, con quien lleva catorce años de casada y fruto de ese amor, es su hijo adolescente Carlos Mendiola Higachi (12).
A pocos días de la Nochebuena, Pilar nos recibió en su hogar junto a su familia, donde una corona de Adviento con una vela encendida sobre la mesa del comedor, es señal de que la Navidad aquí se vive con mucha devoción.
Pilar, ¿qué hacen juntos un teniente coronel del Ejército y una periodista?
En comisiones nos conocimos, porque yo hacía política y él era jefe de seguridad del Ejército, entonces todos los colegas que nos molestaban pensaban que él me daba las “pepas” (exclusivas) a mí, y ese era el chiste.
¿Pero cómo surge el amor?
Nos fuimos de viaje en el mismo helicóptero a Ayacucho, pero no éramos nada. Entonces, como me sentía mal en los viajes él me atendía y me prestaba su casaca. Después de un año y medio nos hicimos enamorados.
¿Y tú no le reclamabas los largos días que se ausentaba por su trabajo?
Claro. Ese último año, antes de casarnos y por los viajes, de los 365 días solo nos vimos 270. Entonces decidimos casarnos para estar más tiempo juntos. Me acuerdo que nos casamos por la Iglesia en febrero, y las motos de la policía me llevaron de escolta para abrir el tránsito.
Tú eres una mujer organizada. ¿Cómo arreglas tu vida familiar con el trabajo?
Bueno, ahora que soy conductora es diferente, porque cuando era reportera era difícil organizarse por los tiempos. Además del canal, trabajo para “La voz de América” de Washington y ya puedo darme un tiempo para recoger a mi hijo Carlitos (12) del colegio y atender a mi otro hijo Scooby (su perrito de raza Snauzer).
¿Cuál ha sido tu secreto para sacar adelante un matrimonio, cuando por trabajo, tu esposo se ausentaba de la casa?
Él estuvo tres años destacado en Cusco y Andahuaylas. Yo creo que la clave fue la comunicación y la confianza, decir las cosas en la cara. Por esa razón, tampoco quise tener más hijos.
¿Carlos es romántico?
Ufff… demasiado. De cariño me dice “Picarina”, por picarona (risas). Todos los meses nos saludamos el 19 del aniversario. Me trae rosas, ositos.
¿Y esta Navidad tú serás la anfitriona que reciba a toda la familia?
Esta Navidad va a ser algo distinto, de repente Carlos viaja a Ica, donde vive toda su familia y nos vamos todos para allá.
¿Cuál es la hora sagrada en que pasas más tiempo con tu hijo?
En la mañana durante el desayuno. Tratamos de conversar de todo, porque en la tarde se va a jugar a la academia de fútbol, cuatro veces por semana y ya no lo veo.
¿Tu hijo es un futuro goleador?
A mí me encantaría que haga lo que le produce felicidad. Tiene las condiciones y las cualidades.
Don Carlos usted es militar, ¿las normas son muy rígidas en casa?
Militar en el trabajo, pero acá soy el papá chocho y engreidor. Hay que ponerme un babero.
Cuando Carlitos era pequeñito, ¿ustedes se ayudaban en la crianza?
Cualquier cantidad. Carlos le ha cambiado los pañales, él me enseñó a bañarlo, le ha dado de comer, se ha despertado de madrugada. En ese entonces yo era reportera y él lo cuidaba.
¿Qué problemas están enfrentando como padres de un hijo preadolescente?
En el caso de Carlitos, hemos logrado un vínculo muy fuerte de madre e hijo y tenemos una confianza increíble. Me cuenta muchísimas cosas del colegio, del fútbol. Yo le aconsejo sobre el valor de la verdad y sinceridad.
Carlitos, ¿y te sigues emocionando por la Navidad?
Sí, pero ya no creo en Papá Noel.
Pilar: Esta época es para hacer un alto en nuestras vidas, la semana pasada empezamos con el Adviento y nos estamos preparando para agradecer a Dios, porque él bendijo a mi familia con amor.