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Domingo 21 de agosto del 2011 | 10:40

El sanguito de don Máximo

Se prepara de manera artesanal, según la receta tradicional, y encanta a grandes y chicos.

Por: Katty Gines

El sanguito, más conocido como “quitahambre”, era el dulce predilecto de los pobladores de la Colonia. A pesar de los años, la receta tradicional de este exquisito postre sigue conquistando los paladares de los limeños.

“Un buen sanguito demora alrededor de 3 horas de preparación, porque se debe encontrar el punto perfecto para lograr el sabor y la textura características del dulce”, asegura don Máximo Piñeyra Belaonia, uno de los más antiguos vendedores de este manjar y a quien, incluso, el expresidente Alan García condecoró con el grado de Gran Comendador.

Harina de maíz, chancaca, azúcar, canela, clavo de olor y pimienta de chape son los ingredientes básicos para la elaboración del sanguito. Además, se agrega manteca vegetal y pasas. “Yo mantengo la tradición de mis antepasados, lo preparo en paila sobre un fogón alimentado por leña o carbón. Estos son complementos claves para que el dulce salga perfecto”, dice el maestro. Explicó que este manjar no tendría la consistencia ideal que le da, desde hace 50 años, si dejara de usar su fiel pala que le permite mover la masa hasta que el postre esté listo.

También está su inseparable cuchara plana que lo acompaña, desde hace 30 años, y es especial porque se la dejó su tío.

“El sanguito es mi amigo, con él he logrado dar educación a mis hijos y salir de muchos problemas económicos. Lo preparo con mucho cariño, porque se me vienen a la mente bellos recuerdos del pasado”, rememora don Máximo.